Toni Cantó tiene hoy un día feliz. Ha abandonado las listas del paro, después de salir de mala manera de Ciudadanos, dejar plantado a Risto Mejide como colaborador del 'Todo es mentira', y de estrellarse como fichaje galáctico de Isabel Díaz Ayuso y el PP en las elecciones madrileñas. Tampoco ha encontrado un rincón en la interpretación, su supuesto hábitat natural. Sin tele ni cine, sin escaño ni cargo de responsabilidad, y sin ni siquiera ninguna oferta para decir sandeces en medios de comunicación, el valenciano se consumía. La jugada, la enésima de su carrera, tenía el mismo resultado de siempre: el ridículo absoluto. Además, su ídola Ayuso parecía que, una vez conseguida la victoria en las urnas, pasaba de él veinte pueblos.
Hombre de poca fe, no confiaba en la presidenta madrileña, reina del criterio según Pilar Rubio. La pepera la acaba de salvar la vida, mientras hundía un poco más su imagen. Tiene nuevo trabajo. Y este es de verdad.
El ex de '7 Vidas' ha sido nombrado como director de la "Oficina del Español" de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, liderada por otra miembro de Ciudadadnos que cambió de chaqueta y ahora es del PP, Marta Rivera De la Cruz. Una oficina creada expresamente para el bueno de Toni, y que "trabajará" para hacer de Madrid "la capital del español en el mundo". Imposible no mondarse de risa con la ocurrencia y el disparate. Uno muy caro: cobrará 75.000€ al año, un 'chiringuito' de aquellos que le gustan tanto a VOX y los socios trifachitos.
Y hablando de VOX: tiene bemoles la cosa, porque hace unos días los ultras exigían austeridad al gobierno madrileño. Ayuso les hacía caso, a medias: eliminaba una comisión sobre bienestar animal (total, les matan en la plaza de toros) y el de Revitalización de los Municipios Rurales. Aquello de "la España vaciada" ya no les importa un rábano, y a Cantò todavía menos. Se lo llevará 'calentito'. La red no se ha podido aguantar y ha estallado con la noticia. Demasiado bueno para ser verdad.
Toni Cantó, Superman del español: el papel que le faltaba en su currículum. Pero esta no es una superproducción de acción y aventuras, no. Es una comedia de cuarta. Y espérate que es capaz de hundir el idioma. Mario Vargas Llosa lo mata.