El circo de Toni Cantó ha vuelto a abrir sus puertas: la 'Oficina del Español' hierve de actividad después del letargo veraniego. Bueno, hervir, hervir... quizás nos estemos pasando. Diremos sencillamente que ha recuperado su única ocupación en el 'chiringuito' que le ha regalado Isabel Díaz Ayuso: hacer tuits. 8 horas al día a razón de 75.000€ al año diciendo sandeces, intoxicando y, especialmente, metiendo la gamba hasta límites insospechados.
Toni es un peligro con patas. Peligroso para sus detractores, porque los puede matar de un ataque de risa por su ignorancia supina. Pero es también un riesgo casi mortal para sus seguidores y aquello que defienden y representan. En este caso, la lengua castellana. La destroza con una habilidad inusitada, sencillamente porque no tiene ni pajolera idea. Ni de ortografía, ni de sintaxis, ni de la madre que las matriculó. Ya la pifió de forma descomunal el día de su estreno, escribiendo 'Oficina del español' en su biografía en Twitter. En minúscula. El director. Hay que ser... Toni Cantó, a secas.
El político más 'chaquetitas' de la historia de la democracia enmendó la burrada, pero sólo después de sentir las collejas de media España. 'La letra, con sangre entra'. La mayúscula, queremos decir. Porque el resto de letras, palabras o frases le han quedado para la reválida de septiembre. Del año 2150, sí. Al ritmo que va, que no se preocupe: no se tendrá que presentar, porque destruirá la lengua de Vargas Llosa en cuestión de meses. Y todo, como siempre, por su obsesión patológica por Catalunya y el catalán.
Resulta que, entre las escasas tareas del actor de cuarta, dedicar su tiempo a intentar meter el dedo en el ojo de los catalanohablantes está en primera posición. Y mira por dónde que ha caído en sus manos un artículo del siempre moderado 'Libertad Digital' que, basándose en un estudio del Ayuntamiento de Barcelona, asegura que la lengua catalana pierde fuerza entre la juventud. Según el filólogo de baratillo, eso es culpa de "la imposición", y hace de Nostradamus facha, diciendo que "Pero el nacionalismo usará el dato para alimentar el victimismo frente al español, seguirá imponiendo y gastará más dinero público". Cantó hablando de imponer, de dinero público malgastado, etcétera. Vivir para ver. Ahora bien, volvamos un momento a la última frase. Empieza con un "Pero", una conjunción adversativa (por si no lo sabe) en mayúsculas. Lo hace tras un punto y aparte. ¡MEEEEEEC! Error, Toni, error. Así no. Segundo aviso. Cero patatero. La red le pasa la mano por la cara.
Ay, Toni, si no quieres perder el 'sueldazo Nescafé', o bien pagas a un corrector antes de soltar tus tuits, o te vuelves a la escuela a ver si aprendes algo de provecho. Ánimo. Que lo necesitas y de lo lindo.