Comparten nombre, comparten profesión y comparten inquietudes, como mínimo, con respecto al aspecto de la ciudad donde viven. Toni Clapés y Toni Vall son dos de las personas que más ponen el acento a la hora de quejarse cuando ven en Barcelona alguna imagen indecente, lamentable, penosa o tristísima. El director y presentador del Versió RAC1, a menudo alza la voz, una voz que probablemente resonará en el despacho de Ada Colau en el ayuntamiento de la capital catalana, cuando ve imágenes grotescas en la ciudad: turismo low cost que se mea en las terrazas, basura esparcida masivamente en las calles o cualquier cosa que se tendría que evitar. El crítico de cine, amante de la nostalgia que lo lleva a una Barcelona llena de locales encantadores, de tiendas históricas y de comercios emblemáticos, está hasta las narices, por decirlo suavemente, de ver cómo su ciudad se parece cada vez más a cualquier otra. Tiendas impersonales, grandes establecimientos de moda que te encuentras idénticos en Barcelona, en Toronto o en Turín... En definitiva, un despropósito.

Toni Clapés / TV3

Toni Vall / ACN

Vall, especialmente, repudia el aspecto monocromo que tiene la ciudad ahora, donde vayas donde vayas sólo hay grandes almacenes, tiendas de ropa idénticas y donde se ha perdido la personalidad que le daban en la ciudad los viejos cines y las tiendas de toda la vida. Clapés, tres cuartas partes de lo mismo. Y ahora, los dos han coincidido en ver una imagen, una más, del aspecto que cada vez más tiene Barcelona. O mejor dicho, del aspecto que ya no tiene Barcelona. Nuevo cine que pasa a mejor vida. De hecho, pasó a mejor vida ya hace años. Pero en lugar de recuperarlo por la causa, lo harán ir abajo, definitivamente. El histórico Palacio del Cinema, en la Vía Layetana 53, se ha empezado a derribar. El edificio, propiedad del Grupo Balañá, se convertirá en un bloque de oficinas con un local comercial en la planta baja, según ha informado Betevé. Fuentes municipales han explicado a la cadena que el Ayuntamiento de Barcelona ha otorgado una licencia de gran rehabilitación que incluye el derribo de la sala de cine, cerrada desde el año 2001, pero que la fachada se conservará porque está protegida.

El histórico Palacio del Cinema / Betevé

Las tareas de derribo son visibles a pie de calle e incluso a través de las ventanas se puede observar que ya ha desaparecido una parte del techo. Toni Clapés lo ha visto, y por mucho que se conserve la fachada, lamenta la certeza que un cine mítico se derribe. Sólo ha necesitado cinco palabras rotundas para dejar clara su postura: "Nos está quedando un patrimonio" y un símbolo, el de la mano haciendo el símbolo de OK con los dedos. Sarcasmo máximo. Toni Vall ha sido más explícito y no se ha mordido la lengua: "Se derriba el Palacio del Cinema para edificar oficinas. Continúa la destrucción de Barcelona, entregada a la más profunda e inexorable podredumbre y decadencia cultural, patrimonial y estética".

La red se ha sumado. A Colau le silban las orejas:

Cuántos recuerdos, cuántas películas en un cine mítico que ahora se va al suelo.