Ya se sabe que Spain is different. Y dentro de Spain, lo que todavía es más different es un pequeño ecosistema que hay en Madrid, en la Carrera de San Jerónimo. Si la aldea gala de Astérix y Obélix resistía ahora y siempre al invasor, el Congreso de los Diputados resiste ahora y siempre a los precios que pagamos el resto. Que, traducido, vendría a ser una vergüenza mayúscula, un agravio comparativo de traca. Pero vamos por partes. Una de las cosas que siempre ha habido encima de la mesa es el sueldo de los diputados. Que si cobran poco, que si cobran demasiado, que si merecen todo lo que ganan, que si por lo que ganan tendrían que hacer mucho más, que si muchos se lo curran, que si muchos otros calientan el escaño sin pegar sello y un largo etcétera. El tema da para mucho. No entraremos nosotros ahora a abrir este melón, pero sí que nos haremos eco de un hecho que ha indignado a buena parte de los ciudadanos. Más que los leones que hay en las puertas del hemiciclo.

@congreso_diputados

Porque lo que no tiene ningún tipo de lógica, ni pies ni cabeza, de hecho, todo lo contrario, es que por poco que cobren los diputados (que ya les decimos, spoiler, que no es poco precisamente), es una indecencia, una aberración según qué privilegios tengan. Porque lo que no es normal, lo que parece una tomadura de pelo, es que después del sueldo que reciben, después, cuando vayan a desayunar, lo que les cuesta parezca una broma de mal gusto, comparado con lo que pagamos el resto de los mortales. No sé qué habrán desayunado ustedes, pero servidor hoy ha tenido la genial idea de desayunar en un bar del centro de Barcelona donde nunca había estado. Un café, medio bocatita de jamón y un zumo de naranja. 10 euros. Así, como quien no quiere la cosa. Seguro que muchos de ustedes también habrán vivido algunos atracos similares en algunos bares donde te cobran más de 2 euros por un café o en otros donde para pedir un bocadillo tienes que pedir un crédito al banco. Por eso, ver una foto publicada por un usuario sobre la carta de desayunos del Congreso ha hecho que a muchos nos haya sentado mal nuestro desayuno.

Congreso Diputados EFE

Se ven seis desayunos diferentes. ¿Saben cuánto cuesta el más caro? 2 euros con 50 céntimos. El Desayuno Macrobiótico que lleva "Bebida caliente + tostada integral de humus o aguacate + zumo de naranja natural". ¿Y el más barato? El Desayuno Continental, donde te puedes zampar una "Bebida caliente + bollería o tostada con mantequilla, mermelada o tomate y aceite o churros o porras" por, atención, 0,91€... No llega ni al euro. El mismo precio que tiene el Desayuno Saludable, que contiene "Bebida caliente + pieza de fruta o vaso de fruta preparada o tostada integral con mermelada baja en calorías o aceite y tomate. 91 céntimos... Lo que es saludable es gastarse tan poco para desayunar. 91 céntimos..., que es casi lo que al resto de locales del país nos cobran a los currantes solo por pisar un bar o una cafetería. Entre medio, tres desayunos más que no llegan a los dos euros. Por no hablar de los extras o suplementos, donde encontramos el zumo de naranja natural más barato del país. Un producto que en muchos bares es más caro que un Ferrari Testarossa, en el del Congreso cuesta 1,45€. Uno de los que se ha hecho eco, Toni Clapés, lo ha resumido con la mejor palabra posible: "Indecente". El resto de la red no ha sido tan diplomática:

 
 

No sé ustedes, pero tal y como están los precios este verano, de vuelos, hoteles, restaurantes o gasolina, estoy planteándome ir a pasar las vacaciones al Congreso de los Diputados. Por 30 euros me pondré las botas durante todo el mes de agosto.