El bueno de Toni Cruanyes, aparte de ser uno de los profesionales más queridos de Catalunya, un crac dando las noticias en el programa más visto de Catalunya, su incombustible TN Vespre, desde hace ya muchos años, es una persona que tiene muy claro que no hay nada como la familia, nuestro tesoro más preciado. Se quiere y se quería con locura a los miembros de la familia que lo han precedido, sus antepasados, y se quiere con locura a sus dos hijos. Un Cruanyes que no puede ser más feliz en la plana personal, al lado de su marido Eugeni Villalbí y de sus dos hijos, Elies y Joana, y también en el terreno profesional. Porque el periodista publica su segunda novela. Si El vall de la llum ya fue un éxito incuestionable, ahora preparaos para más páginas que nos emocionarán con una nueva historia recién salida del horno, La dona del segle.

Cruanyes ha estado charlando con Jordi Basté en El món a RAC1, donde ha confesado que por muy bien que le vayan las cosas en la literatura, no piensa abandonar nunca su profesión de periodista para pasar a ser solo escritor. Con esta nueva novela, Cruanyes vuelve a los recuerdos familiares, hablando de tres mujeres de su familia, una bisabuela, una abuela y una de las tías. "Mi objetivo era la historia de la bisabuela, pero quizás se entendería más su historia en contraposición con las generaciones que vendrían después", reconoce, orgulloso y emocionado al ver a su bisabuela en la portada del libro, con diecisiete años, "cuando salía con mi bisabuelo, que tenía 32 años, ella en Barcelona, él en Canet de Mar, y se enviaban unas fotos que era como el Instagram de ahora, y se enviaban mensajes que ponía 'Hasta luego, amor, nos vemos el domingo'". Un libro apasionante, que habla de mujeres, de mujeres fuertes, pero a Cruanyes también le gustaría que "lo leyeran muchos hombres. Es un intento de comprensión, de aprender, y pensando en nuestras hijas, que sepan qué pasó".
A Cruanyes se le llena la boca hablando de sus hijos, de la niña, que tiene 5 años, y del niño, que ya tiene 10. El periodista está encantado de la vida con su trabajo en el TN Vespre, "lo hago encantado y este es mi futuro inmediato", pero al mismo tiempo, comporta que a las noches no vea a sus hijos, ya que llega sobre las diez y media de la noche a casa. "Estaría bien estar de vez en cuando en casa", lamenta. "Cuando lleguen a la adolescencia, estaría bien alguien en casa a las tardes". ¿"Te echan mucho de menos?", quiere saber Basté. Y él reconoce que por suerte, "las mañanas son sagradas. Los llevo yo siempre a la escuela, de 8 a 9 estoy con ellos, dos días a la semana los voy a buscar para comer, llego más tarde al trabajo, ya lo tenemos pactado. Dos horas y media sólidas de tiempo de calidad y los fines de semana a full con los niños".
Los amigos saben que si quieren que salga, será difícil, porque quiere estar con Elies y Joana. "Para entendernos, de marcha no, pero calçotada sí". Calçotades... y ver mucho fútbol. Y eso que hasta ahora, Toni detestaba este deporte, o si no lo destestaba, le lamía un pie. Ahora no. ¿Qué ha cambiado en él para que ahora le encante?: "¿Sabes qué, Jordi? Que a mí que no me ha gustado nunca el fútbol, ahora soy un forofo porque a mi hijo le encanta: nuestro tema de conversación es el fútbol, juega a fútbol sala, marca muchos goles... sí, sí, sí... Esta no te la esperabas, ¿eh?. "¿En serio?", alucina Basté con esta revelación.
Toni Cruanyes, maravilloso. Y padre orgulloso.