El incomprensible cambio de cromos de Paolo Vasile ya tiene resultado: Telecinco se ha estrellado. Si el capo de Mediaset creía que permutar a Toñi Moreno y Emma García levantaría sus respectivos programas, ha fracasado. Durante la semana hemos sufrido viendo a Toñi Moreno entre chonis y quillos haciendo unas cifras penosas de Mujeres y hombres y viceversa, con el agravante de una nueva presentadora que parece un pulpo en un garaje. El jueves tocó fondo en Catalunya haciendo un pésimo 2,9% en los mediodías de Cuatro. Lo peor que se puede decir de un programa es que no sabemos cuándo ni dónde se emite. En España tampoco destaca, el viernes hizo un flojo 4,7%. En los despachos de Mediaset cruzaban los dedos para que Emma García triunfara en Viva la vida el fin de semana. Y tampoco.

Viva la vida se estrenó en España con un 10,4%. Hizo menos a su hora que la reemisión de la primera película de Harry Potter y la piedra filosofal (13,4%). La piedra filosofal todavía la busca Vasile y no la encuentra. En Catalunya le fue peor a la presentadora vasca: 6,7%. El domingo tampoco fue bien y baja al 9,2% en España y al 7,5% en Catalunya. "Virgencita, virgencita que me quede como estoy"  piensa Vasile. Los cambios no siempre son a mejor. Respecto al contenido, Emma García pareció que no estaba cómoda. A priori era la única beneficiada por el cambio de presentadoras, y empezó moderando una mesa de corazón después de confesar que no lee revistas del corazón. Sólo pendiente de leer el telepromter donde le escriben todo, se hundió como moderadora. Invitó a Pilar Eyre para comentar la exclusiva de la semana pero en lugar de hablar del divorcio de la infanta Cristina hablaron de si Eyre había mentido y se lo había inventado. Un "akelarre" en contra de la periodista que da la exclusiva por parte de tertulianos que no dan ninguna exclusiva. Lamentable.

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Eyre ha comentado informalmente que “Sentí entre rabia y vergüenza y esto me ha hecho reconsiderar mi presencia en TV, no es lo mío, estoy sumergida en mi novela y no puedo permíteme estas distracciones. Además piensa que de cada cinco veces que voy a TV, cuatro lo hago por amistad (es decir, sin cobrar)". El importe de una colaboración así (ronda los 400 euros) no justifica el viaje en AVE y que te insulten en directo. Emma García no supo cortar las impertinencias. Es absurdo invitar a alguien a hablar de su exclusiva sólo para decirle que es mentira. Peor fue el domingo, la exclusiva de Viva la vida era Tita Thyssen, y no dijo nada. Promocionó su museo en Andorra, repitió que vive allí (por si Hacienda sospecha) pero ni pío de los temas más relevantes. En Blau ya publicó que su hijo Borja tiene una semejanza física inexplicable con las niñas adoptadas por la baronesa, pero todo lo que consiguió Emma García es que Tita dijera que las nietas la llaman "tita" y no "yaya".

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Toñi y Emma están fuera de lugar. Vasile no acierta con el cambio y Telecinco asiste atónita a un movimiento que la audiencia no compra. Lo que se conoce como hacer un pan como unas hostias. En italiano: porca miseria.