Toni Soler tiene 3 ciudades de referencia: Figueres, donde nació hace 57 años, Badalona, donde ha vivido muchos años y tiene raíces familiares, aparte de su querido Joventut de baloncesto, y Barcelona, dónde tiene fijada ahora su residencia familiar. Casado con Laura Gas, tienen dos hijos, Júlia y Martí, de 21 y 19 años. Su cuenta de Instagram es un regalo para los fans. El productor, director, presentador e historiador tiene el detalle de no hacer un insta vanidoso, de posturas, viajes y comidas. Durante un tiempo Toni Soler ha rehuido la ira de twitter para hacer más posts bonitos de Instagram. Y estas Fiestas que no hace programa ha mostrado un rincón inédito de su casa, un piso en el Barrio Gótico de Barcelona. Ha enseñado las espectaculares vistas que tiene desde su azotea. Vive al lado de la Plaza de la Mercè:
Toni Soler sale con su perra, Xica, al terrado para tomar el sol y el animal tiene la habilidad de subirse al muro para ver la imponente cúpula de la Iglesia de Mercè. Una plaza que a ambos lados tiene las dos maneras de casarse, por la iglesia o por el civil en el Registro Civil. Un rincón de paz en pleno centro de Barcelona, en el Gòtic, cerca de la Historia que tanto seduce a Toni Soler. Como productor de éxito podría tener una mansión en Collserola, como hacen Andreu Buenafuente o los futbolistas del Barça, pero escoge el ruidoso bario Gótico, lleno de guiris arrastrando maletas, carteristas y pocos servicios, pero con sus callejuelas llenas de historia:
En la foto aparece Toni Soler con su pareja, El entorno íntimo del popular presentador de TV3 cada vez es más familiar para sus seguidores. Especialmente los hijos, Júlia y Martí:
Una familia de postal en un rincón de Barcelona donde cada vez hay menos catalanes, menos vecinos y más hoteles. Toni Soler, un barcelonés único, un barcelonés más. De los que ya no quedan, en el centro centro. Los fans de Toni Soler añoran su cuenta de twitter, donde más a menudo llenaba la red de reflexiones y también de fotos de su barrio lamentando la degradación:
El Pitarra ya es un pub irlandés. Continúa la lenta agonía de Ciutat Vella. pic.twitter.com/bw75oglGfY
— TONI SOLER (@soler_toni) May 4, 2018
El restaurante Pitarra, ubicado en la calle Avinyó, era el local donde Frederic Soler, Pitarra, trabajaba de relojero, y reunía tertulias literarias. Allí también escribía obras que llevaron al público popular al teatro en catalán durante la segunda mitad del siglo XIX. Ahora es un pub.