Barcelona ha sido durante años aquella ciudad donde los turistas se llevaban de recuerdo, si paseaban por La Rambla, un sombrero mexicano. Por alguna extraña razón, los vendedores de souvenirs veían ideal que México sirviera de promoción de Catalunya. Quizás creyendo que los norteamericanos cuando oyen hablar castellano piensan que están en México, su vecino de abajo.

Ahora los turistas extranjeros tienen más donde escoger: camisetas del Barça, Gaudí y postales. Toni Soler paseaba por su barrio, en Ciutat Vella, y se ha encontrado la típica tienda de Souvenirs. No se ha resistido a hacer esta foto: Greetings from Barcelona, recuerdos desde Barcelona:

Un expositor de postales del centro de Barcelona, con postales de Gaudí, el Camp Nou y el Tibidabo, y de repente una postal de la estelada y una de la bandera constitucional de España, con el escudo y todo. El pakistaní que regenta el local ha tenido el detalle de colocar la estelada en la parte superior, por encima de España. Delicadeza con los nativos.

Los seguidores de Toni Soler, más de 70 mil, comentan la foto con cachondeo:

  • Como mínimo está arriba
  • Catalunya catalana
  • Toma yaaaa!!������������������������
  • ¿Pluralidad? A mí personalmente me hace daño los ojos
  • Qué dolor en los ojos!!!
  • Muy juntas
  • Qué vergüenza!!!!!!

Toni Soler empañado, TV3

Más poética es la siguiente imagen del paseo de Soler por su barrio, entre el Raval y el Gótico, cuando ha visto luz solar en la Plaza Real al final de un callejón estrecho:

Parece exactamente como dice, el camino oscuro de los muertos con la luz del cielo al final: "La Plaza Real puede parecer la puerta del cielo si pones una pizca de ganas". La diferencia es que en este cielo no están San Pedro sino Lluís Llach, Nazario o el Jamboree., ilustres inquilinos de esta plaza tan de postal durante años.

Toni Soler es de Figueres, muchos lo relacionan con Badalona (es muy de la Penya) pero reside en el corazón de Barcelona, en el barrio viejo. Donde pasear es, y más ahora sin millones de turistas, una delicia. Está pasando.

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Los fans de Toni Soler añoran su cuenta de twitter, donde más a menudo llenaba la red de reflexiones y también de fotos de su barrio lamentando la degradación:

El restaurante Pitarra, ubicado en la calle Avinyó, era el local donde Frederic Soler, Pitarra, trabajaba de relojero, y reunía tertulias literarias. Allí escribía obras que llevaron el público popular al teatro en catalán durante la segunda mitad del siglo XIX. Ahora es un pub.