La mejor y más gráfica manera de resumir el bluf de la manifestación españolista de este domingo en el Arco del Triunfo de Barcelona la verbalizó Pilar Rahola. Sólo le ha hecho falta una imagen bien explícita: fondo de color amarillo, una cifra en rojo en medio y un emoticono, el de la cara partiéndose de risa y desorinándose de lo lindo:

2.800... La pírrica cifra de asistencia, según datos de la Guardia Urbana. Una chapuza, un esperpento, resumido en el comportamiento lamentable de uno de los manifestantes contra un equipo de TV3, cuando le dio un golpe a la cámara con una bandera española. Claro está que para golpe, para bofetada, la que se ha pegado la manifestación que en teoría defendía la presencia del castellano en las escuelas, pero que para la escritora no era otra cosa que un intento (un nuevo intento) de destruir la nación catalana: "Nos venden la película de que estamos ante una manifestación por los derechos de los niños, por el idioma castellano que parece que sería 'minorizado' o 'perseguido' o 'menospreciado'... y que por lo tanto se trata exclusivamente de unos derechos fundamentales de unos ciudadanos castellanohablantes que quieren que sus hijos estudien en castellano... Es mentira. Tiene que ver con lo que hace 300 años que intentan: el ataque persistente y permanente contra el catalán está exclusivamente pensado para destruir la identidad catalana, la base de la nación catalana".

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Deidré Dalmau y Òscar Armengol, del 324 / TV3
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Golpe con una bandera de un manifestante a la cámara de TV3

Una cifra irrisoria en comparación con la gran movilización unitaria del independentismo que el domingo pasado, durante la Diada, desbordó la capital con 700.000 personas, y también en comparación con la del pasado diciembre que reunió a 35.000 personas en defensa del catalán en la escuela. Entre estos 2.800, dos nombres destacaron entre el resto. Dos personas encantadas de la vida de hacer el paripé y alimentar la crispación, su modus natural, haciendo su habitual ademán y de media sonrisa de perdonavidas, los líderes de Vox y Ciudadanos, Santiago Abascal e Inés Arrimades, diciendo las habituales sandeces sobre Catalunya y el catalán. El presidente de los ultras ha reclamado aplicar el artículo 155 para "restituir la legalidad" y ha apostado por mantener esta medida hasta que "se garanticen" los derechos lingüísticos. La montapollos ha vuelto a Catalunya para acusar al Gobierno de "violar" los derechos de los catalanes cada día, y ha dicho que el sistema educativo supone una "imposición antigua, ridícula y sectaria".

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Inés Arrimadas y Carlos Carrizosa, en la manifestación españolista / TV3
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Santiago Abascal, en la manifestación españolista / TV3

Arrimadas, cobijada en todo momento por el líder de los naranjas en Catalunya, Carlos Carrizosa, con un sombrero para el sol. Una Arrimadas a quien hacía muchos días que no veíamos por Catalunya, y que curiosamente ayer hizo acto de presencia, vino a enseñar la patita y a escupir por la boca los mismos argumentos que ya decía hace tres o cuatro años. Un dejavu lamentable, pero poco más se esperaba de ella. Una imagen que quien ha resumido mejor ha sido el gran Toni Soler. El presentador del Està passant ha verbalizado un comentario demoledor después de ver a la líder de Cs nuevamente en Catalunya. Siete palabras han sido suficiente para hundir su visita express: "Continúa el problema del turismo en Barcelona":

Quién sabe cuándo volverá Arrimadas a Catalunya... Quizás cuando la vuelvan a invitar a un bocata de chopped.