Pa' casa. El espejismo del 7-0 contra Costa Rica ha quedado finalmente en eso, en una alucinación provocada por el calor y el polvo del desierto de Catar. La selección española cayó en octavos de final del mundial contra Marruecos de forma dolorosísima. La tanda de penaltis es el ejemplo más claro del patetismo: España no fue capaz de marcar ni un gol en 120 minutos de juego y lo poco que duró la ronda decisiva. Los africanos, un equipo combativo, defendiendo con todo y apoyados en la grada por una afición muy intensa, fueron un muro infranqueable. Es la sorpresa del campeonato, sí, pero ni mucho menos superiores, sobre el papel, al combinado de Luis Enrique. Sin embargo el fútbol va de meter la pelota en la portería. Y España, ni de penalti. Tres lanzamientos, tres fiascos. El portero marroquí puso de su parte, pero la ejecución fue un desastre. Fin del cuento.
Muchos aficionados y hasta los que no lo son tanto coinciden en una cosa con la que estamos de acuerdo: si la derrota sabe mal es por el seleccionador. Por Luis Enrique. Los resultados no han acompañado, sus decisiones pueden ser debatidas, pero como ser humano Lucho es muy grande y muy necesario. Las lecciones de humanidad y juicio que ha ofrecido durante el transcurso de la Copa del Mundo son para enmarcar. Con la debacle explota la caza del asturiano. Lo destriparán, lo trincharán. No parece que le importe un rábano, pero el nivel de odio es tan exagerado que resulta molesto, desagradable, injusto. La paradoja, eso sí, es que precisamente por esta tropa es por la que ver perder a España no es ningún drama. Incluso hace cierta gracia. Porque muchos de ellos son exaltados patrioteros, como el de "a Catalunya ni agua" y que recibió una bofetada brutal de Lucho. Esta:
Luis Enrique anunció que donaría todo el dinero recaudado en Twitch a una ONG de Barcelona que ayuda a niños con cáncer. Un espectador lamentó que el dinero fuera a Cataluña. Luis Enrique: "Prefiero entonces que no dones nada. Esto es para ayudar". pic.twitter.com/XzqGe6BRKL
— PabloMM (@pablom_m) December 6, 2022
Este tipo de personaje es, a buen seguro, el destinatario final de los mensajes de dos presentadores de TV3 que el españolismo siempre tiene entre ceja y ceja. Toni Soler y Jair Dominguez, que forman tándem en 'Està Passant', uno como conductor y el otro como colaborador fijo. No perdieron la oportunidad de meter el dedito con estilos diferentes pero enorme nivel de socarronería, una especialidad de la casa. Por ejemplo, Jair se hacía el loco, preguntando en un castellano muy quillo qué había pasado al final. Se ve que allí donde estaba no se sintonizaba La 1 de Juan Carlos Rivero o el canal Gol Mundial. Tampoco oyó los gritos de alegría de los marroquíes de cada pueblo, ciudad y rincón del Estado. ¡Pobre! Por eso quería información de servicio: "K a echo españa cracs. es pregunta". Las respuestas, de traca.
k a echo españa cracs. es pregunta
— Jair Dominguez (@sempresaludava) December 6, 2022
Por su parte, Toni no dejaba pasar la oportunidad de fijarse en la coincidencia del batacazo con una fecha tan señalada por los patriotas monárquicos: 6 de diciembre, día de la Constitución. Por la mañana las imágenes de los medios eran las de políticos en la puerta del Congreso muy solemnes viendo desfilar a guardias civiles e izadas de banderas, por la tarde... lágrimas, ira y mucho gozo marroquí. Lo ve como un gag: "Como día de la Constitución ha quedado insuperable". Poco después, recordaba también su posición respecto a los verdugos de la selección: "Por cierto, Viva Sáhara libre". Un gracias Marruecos, pero sin pasarse. Sus opiniones también han animado Twitter.
Como día de la Constitución ha quedado insuperable.
— TONI SOLER (@soler_toni) December 6, 2022
Por cierto, Viva Sáhara libre.
— TONI SOLER (@soler_toni) December 6, 2022
Del sueño a la pesadilla por un partido de fútbol. También hay que decir, sin embargo, que muchos descansaremos. Por fin.