'La Gran Confusión' ya es historia. El programa de Xavier Sardà ha finalizado sus emisiones este sábado, y todo apunta a que no volverá. Una lástima. Los resultados de audiencia no han acabado de funcionar, el espacio ha recibido críticas en España por considerarlo una copia del 'Obrim Fil' que se hacía en la desconexión de Catalunya, el sueldo del presentador catalán enfurecía a los 'haters', e incluso la tele pública lo retiró del prime time para ponerlo a las 12 de la noche... Ahora bien, el esfuerzo, las ganas y el trabajo allá estaban, además de invitados de primera categoría. Eso es innegable. Quizás haya quien quiere que pase al olvido, pero nadie podrá borrar su legado. Nadie. Avisados estáis, web de RTVE a la carta, de donde misteriosamente ha desaparecido. Problemas técnicos, dicen. Casualidades de la vida.
La despedida del programa ha sido de gran carga emotiva. Si hay que decir adiós, nada mejor que hacerlo en familia, con los tuyos, con todos aquellos que te aman. Y así fue. Hasta Xavier Sardà participó presentando en televisión a su única hija, Helena Sardà. Era la primera vez que pasaba en la dilatada trayectoria del comunicador catalán, palabras mayores. Y fue por sorpresa, Sardà no tenía ni idea. Helena, de 28 años, es periodista y trabaja en Qatar, pero no se quiso perder la oportunidad de estar al lado de su padre en un día especial. Por cierto: la aparición de la joven y el hecho de que dijera "se me hace raro hablarte en castellano" ha hecho que en la caverna estallaran cerebros. Pero esta es otra historia. Una triste, pero un clásico en las españas.
La bilis de los de siempre no podía empañar la última noche de 'La Gran Confusión'. Si alguien recordará este último episodio será precisamente para poner la carne de gallina e, incluso, hacer llorar en un lado y el otro de la pantalla. La familia es el gran tesoro que (exceptuándo casosa puntuales) todos protegemos, cuidamos y estimamos a muerte. No solo eso: hay quien tiene que sudar sangre para tener una, la suya propia. Quizás hay quien piensa que exageramos, que hablamos de la prehistoria, que eso no pasa en nuestra sociedad... ojalá estuviéramos equivocados. Pero que le pregunten al colectivo LGTBI, a ver qué opinan. Su camino ha sido y sigue siendo tortuoso, lleno de obstáculos y de prejuicios. Conseguirlo ha sido el hito de sus vidas. Por ejemplo, la del querido colaborador Quique Jiménez, más conocido como Torito. El menorquín, casado con Raúl, un andaluz con quien empezó su relación por una gran confusión (nunca mejor dicho) en una habitación de hotel, son padres de una criatura que se llama Nathan. La tuvieron por gestación subrogada en los EE.UU., con todo lo que eso representa. 6 años después, la felicidad de este hogar es máxima. Y Torito, siempre histriónico, extrovertido y arrollador, se rompe de emoción y orgullo al hablar de ellos.
Torito y Raúl ya nos habían compartido algunas imágenes de su intimidad familiar, pero lo que pasaba el sábado en el plató de TVE iba más allá. El periodista, junto a Sardà y Julio José Iglesias, casi no podía articular palabra. Mira que ha hecho reportajes, que ha presentando todo tipo de secciones, que ha hecho todo en la televisión. Pero presentar a Nathan ante el público, nunca. "Hablar de familias heterosexuales es más fácil que dos gays que quieren crear una familia. Nosotros hemos luchado mucho. Y ya que hablabáis de familia, yo quería hoy..." No podía continuar. Se deshacía en lágrimas. "Yo no porque estoy superfeliz, pensaba que no haría nunca lo que voy a hacer ahora. Pero lo hago para reivindicar mi modelo de familia, y quiero que le deis un gran aplauso ¡a mi hijo!". En ese momento entraba Nathan corriendo, saltando, bailando. Increíble. El niño llevaba el mismo peinado extremo y vestario de su padre, qué imagen. "Es un día especial porque es mi cumpleaños", decía, y el plató se fundía. Quique le decía: "Te están viendo en el cole, ¿eh? Te van a aprobar todo, todo". Precioso. La guinda fue la entrada de su marido Raúl y ver la estampa completa. Vale mucho la pena dedicarle un minuto, emociona.
— TORITO Quique (@toritoquique) November 28, 2022
Solo por este último programa, 'La Gran Confusión' merecía más temporadas y, especialmente, un trato más humano y amable por parte de la Corporación. No ha sido así. En todo caso, felicidades, compañeros. El camino es largo y nos volveremos a encontrar.