Extraordinario ejercicio de nostalgia el que se ha vivido este mediodía de miércoles en el Tot es mou de TV3. Ahora que las temperaturas empiezan a subir, ahora que el calor aprieta, ahora que los más menudos de casa empiezan las vacaciones, una de las cosas que apetecen más es tomarse un helado. No un cucurucho de aquellos de heladería, que también, sino uno de aquellos polos tan característicos con los cuales hemos crecido generaciones y generaciones. En casa, principalmente, éramos de Frigo, aunque no le decíamos que no a algún helado de Camy o de Mika, las otras alternativas que también se veían por las calles, en bares, restaurantes, súpers y establecimientos de alimentación. Una retahíla de variedades, un viaje al pasado en forma de carteles de helados y su evolución, y cómo se pasó de un tiempo donde solo había helados de galleta a la irrupción fulgurante de los helados de hielo:

Polos emblemáticos los hay para dar y para timar. Así, a botepronto, nos vienen a la cabeza muchos: Pop-eye, Calippo, Drácula, Frigodedo, Frigopie, Colajet, Mikolápiz, Twister, Maxibón, Negrito, Minimilk y tantos y tantos otros. Si servidor tuviera que escoger uno, les confieso mi debilidad por el Frigurón, un helado de hielo de color azul celeste, en forma de tiburón, y sabor a piña. Solo recordarlo me caen las lágrimas de la emoción (por favor, si algún fabricante de Frigo me está leyendo, pago lo que sea para que vuelvan a instaurarlo en su carta de helados). Hoy, en el programa de la Melero han tenido la buena pensada de traer a alguien que sabe mucho y que fue el artífice de algunos de los helados más emblemáticos de la casa Frigo. Hablamos de Joan Viñallonga, "inventor de helados" y "padre del Drácula y el Frigopie".

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Joan Viñallonga y Helena Garcia Melero / TV3

La presentadora, encantada de la vida de tenerlo a un palmo y revelarle cómo se ideó el Drácula, con la voluntad de simular, evidentemente, al popular personaje. Todos tenemos más o menos claro qué quería decir el negro sabor cola y el rojo sabor fresa, la capa y la sangre. Sin embargo... ¿qué narices hacía la vainilla?: "Hacíamos diferentes muestras, jugando con mezclas. La hicimos negra y dentro añadimos mermelada de fresa y después, vainilla... La capa de Drácula, la sangre de Drácula... y los dientes de Drácula". ¡"En los dientes no había caído"!, reconoce Helena. "La dirección de la compañía, al ver el producto negro, en gastronomía, fatal... pusieron una cara... Pero dijeron que adelante. Creo que pensaban que sería un fracaso. Fue brutal, y un exitazo porque ensuciaba la lengua de color negro y los niños jugaban a enseñarla".

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'Tot es mou' / TV3

¿Y el Frigopie?: "después de que funcionara bien el Frigodedo (la clave era que el dedo no llegara roto), fuimos a para al Frigopie"... "¿Connotaciones fetichistas?", le preguntan. Respuesta: "¿La versión apostólica? El consumo en casa aumentó y eran las madres las que compraban los helados para los hijos. El de agua no tenía muy buena prensa, lo hicimos con leche para que tuviera unos valores nutricionales más elevados":

Qué recuerdos... ganas de ir a comprar un helado. Y lo que decía antes, ¿con quién hay que hablar para que vuelva el Frigurón?