Un pequeño paso y, al mismo tiempo, un gran salto hacia el Estado propio. La presencia de la cultura catalana en los organismos internacionales es una cuestión prioritaria en la construcción de la República. A estas alturas, el acceso de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) todavía se encuentra en plena discusión en los despachos de esta organización que reúne las radiotelevisiones públicas del continente. No obstante, el portavoz del organismo europeo David Goodman confirma a El Nacional las puertas abiertas de Europa a la participación de Catalunya en uno de los concursos de Eurovisión: "Si una emisora no miembro del organismo expresa su interés en unirse en este espectáculo, consideraremos su entrada teniendo en cuenta los plazos de la producción preestablecidos.Sin embargo, dado que no hemos recibido la solicitud formal de TV3 y, a estas alturas, la participación catalana no será posible este año ".
Además de este visto bueno, la CCMA contaría con una primera propuesta para representar el país en el festival de orfeones: In crescendo, vencedores de la segunda edición del concurso musical de TV3 Oh Happy Day. "Sería un honor y una oportunidad única para mostrar el que hacemos y para ponernos a prueba después de tanto esfuerzo", matiza Miquel Fernández, responsable e integrante de esta coral granollerina. Desde su participación en uno de los formatos de la Corporación que el grupo conoce como se trabaja en un programa de televisión. "Recibiríamos el encargo con todas las ganas, dedicación y ama|estima", anuncia la agrupación, que pretende presentar su propia candidatura en la emisora catalana: "Prepararíamos, minuciosamente, una pieza de 4 minutos en catalán, la cual recogería las canciones y los géneros más representativos de toda Catalunya, como solemos hacer, habitualmente, en nuestros espectáculos".
La pelota está ahora en el tejado de Televisión de Catalunya, que podría competir, ya en el 2021, en el bienal Festival de Coros de Eurovisión, con la bandera y en igualdad de condiciones con respecto al resto de participantes que ya han confirmado su asistencia: Alemania, Bélgica, Escocia, Eslovenia, Francia, Gales, Letonia, Noruega, Suecia y Suiza. No es la primera vez que la UER acepta la participación de un "no miembro" en sus certámenes. Kosovo sentó un precedente en el 2011 cuándo –por un acuerdo con los noruegos, los organizadores aquel año de Eurovision Young Dancers, otra competición eurovisiva menor, en este caso, de danza– participó como país, a través de su radiotelevisión, acreditando su solicitud de pertenencia a la red europea, petición que permanece en estudio desde 2008 y que podría resolverse definitivamente el próximo mes de junio.
El proyecto de Eurovisión que piensa TV3
Hace un año que la carpeta eurovisiva sobrevuela a la Corporación. El dossier, que se encuentra en los departamentos de Comunicación y Estrategia, delimita el plan hacia Eurovisión e incluye tres puntos básicos para el desarrollo de esta actividad diplomática. "El objetivo de Catalunya pasa por ganar el festival o, cuando menos, hacer un buen papel", revelan fuentes de TV3 a El Nacional, que admiten que "el presupuesto dependería siempre en función de los recursos económicos de la emisora", aunque la inversión mínima para competir en el certamen oscila hacia los 300.000 euros. En cuanto al formato para seleccionar al representante catalán para el concurso de la canción, fuentes de la cadena recomiendan "la creación de un programa que dé voz a las nuevas generaciones de cantantes en lengua catalana, sea próximo a la audiencia y viable económicamente, que defienda los valores de la CCMA y no copie a Operación Triunfo".
La audiencia de Eurovisión, que crece progresivamente en Catalunya año tras año, sería una de las razones a la hora de poner en marcha el proyecto. Fuentes de TV3 confirman que cubrirían el festival "si genera interés en la sociedad catalana" y, de hecho, la dirección del Telediario apretó el acelerador del seguimiento informativo del certamen desde la edición de 2017. Según datos de la consultora especializada en audiencias Barlovento, un millón de catalanes disfrutan del concurso desde su casa. La Catalunya interior sigue con entusiasmo el espectáculo, más aunque la Catalunya urbana. Por núcleos de población, la competición despierta mayor simpatía en las ciudades de entre 50.000 y 150.000 habitantes, un tipo de público que representa cerca de dos tercios del total de los interesados de nuestro país en este acontecimiento internacional. Concretamente, al margen de Barcelona, Girona fue, el año pasado, donde más se sintonizó el programa.
La hoja de ruta contempla un plan B. Andorranos y catalanes podrían volver juntos a Eurovisión, como cuándo TV3 se implicó en el 2004 con Andorra Televisión en la primera candidatura del Coprincipado y el estreno del catalán en el festival. "Nosotros necesitábamos recursos y Catalunya la condición de Estado", reconoce Agustí Mas, miembro de la delegación andorrana, que considera que la experiencia se podría volver a repetir si las cosas se dejaran claras y hubiera concesiones por ambos lados: "Gracias a la generosidad pirenaica, hace 15 años conseguimos crear una óptica catalana del certamen y la UER, ahora, poco tendría a decir si participáramos conjuntamente bajo una sola bandera, siempre que no afectara el orgullo nacional andorrano". El director de la emisora de los Pirineos, Xavier Mujal, no descarta reeditar la fórmula: "Lo valoraríamos en caso de decidir nuestra vuelta al espectáculo".