Los lectores que ya tengan una edad seguro que recuerdan con una sonrisa de oreja a oreja a un hombre que fue el precursor en Catalunya de todos estos programas de cocina, de platos, de restaurantes que tanto proliferan en la televisión de un tiempo acá. Ahora es el pan de cada día, y nunca mejor dicho, ver programas como Masterchef, Cuines, Joc de cartes, Bake Off, Pesadilla en la cocina, Pop Up Xef, Arguiñano y un larguísimo etcétera. Un hombre que en los primeros tiempos de TV3 nos acercaba las bondades de la gastronomía catalana y se le hacía la boca agua cuando se sentaba en mesa delante de un plato, una vez preparado, dispuesto a degustarlo. Una presencia hipnótica que nos tenía a todos los espectadores a sus pies, por cómo disfrutaba con lo que hacía, con lo que se estaba a punto de zampar y con la manera marca de la casa como nos hablaba de los platos: utilizando pareados mientras de fondo sonaba la música de una guitarrita. Hablamos, evidentemente, del mítico presentador del Bona Cuina, Jaume Pastallé.
El gastrónomo nacido en Terrassa en el año 1924 nos dejó, desgraciadamente, el 28 de abril del 2004 en su casa del barrio de Sant Cristòfol de Castellbell i el Vilar, es decir, tal día como ayer falleció hace veinte años justos. Tenía 79 años y moría después de una larga enfermedad. Para conmemorar esta fecha TV3 ha querido tener un recordatorio sobre este icono de la cocina y la televisión de nuestra casa. Ha sido la cuenta de redes del archivo de TV3, lleno de imágenes para el recuerdo, quien ha recordado su triste muerte. Y lo ha hecho con buen humor. Porque los que lo conocían destacaban de él, aparte de su bondad, su sentido del humor. Y Jaume asumía muy bien las bromas, las parodias y las imitaciones de su peculiar estilo comunicativo. Como por ejemplo, la que le hizo el genial actor Marc Martínez, guitarra en mano, en el programa Matraca, no!:
Pastallé se convirtió en uno de los presentadores más queridos de TV3 después de empezar su vida profesional como empresario textil hasta que la crisis del sector lo obligó a cerrar sus empresas. Decidió dedicarse a la hostelería y abrió un restaurante que lo acabó llevando a la televisión, en el mítico Bona cuina que presentó desde 1987 hasta 1993. Su última intervención en Televisión de Catalunya fue durante la primera edición del programa de Albert Om Jo vull ser, que tenía como protagonista al cocinero Ferran Adrià. Al ver uno de los platos del chef, Pastallé dijo: "Y bien, ya volvemos a estar. Yo os lo explicaré: Ferran Adrià, el cocinero mejor que hay, hoy me ha querido regalar el paladar con este plato que él ha creado. Son unos raviolis de mango, que no son moco de pavo. Y hoy por fin podré sentir y disfrutar del placer divino de poder comer este plato que Adrià ha creado. Y me sabe mal haceros anhelar, pero es así, me ha tocado a mí. Y como veo que esta buena cocina ya la tengo aquí, con su permiso me la voy a zampar".
Jaume Pastallé, crack absoluto. Solo hay que ver cómo después de veinte años de su muerte, todavía se oye decir, con el plato en mesa, en diferentes hogares catalanes, su icónica frase: "Y que tengan una buena cocina".