Los disturbios en Barcelona se han convertido en un juguete muy goloso para el unionismo. Cargas policiales, fuego, manifestantes. Cualquier fragmento de vídeo o fotografía que incluya estos elementos puede servir para la 'causa', siempre que dibuje un escenario de buenos y malos en el que los papeles estén bien delimitados. Ya saben cómo va: uniformados, los 'ángeles custodios'. El resto, agitadores violentos que extienden el caos. A partir de esta premisa, el resto es barra libre. Que lo haga 'El Mundo', 'La Razón' o similares entra dentro del juego. Que lo haga el aparato informativo público español es mucho más clarificador. Como ha hecho el canal 24H de RTVE, convertido en escaparate de un relato sesgado, difundiendo vídeos de una ciudad en llamas y un escenario apocalíptico. El matiz, sin embargo, es que algunas de estas secuencias, enviadas a TVE por 'fuentes policiales' y contrastadas minuciosamente (ironía extrema) tienen una particularidad: provienen del túnel del tiempo. De 9 años atrás, concretamente. Y para 'más inri', los que las causaron no eran precisamente CDR, tsunamis o 'indepes'.
No, el fragmento que colgó el canal de Twitter del 24H y que enseñaba una Fira de Barcelona convertida en un infierno no son de 2019 ni responden a la injusticia de la sentencia del Procés. Su origen se remonta 9 años atrás: la noche del 11 al 12 de julio de 2010. Aquella noche Andrés Iniesta marcaba un gol contra Holanda en Sudáfrica y España ganaba su primer Mundial. Yuju. El desenfreno futboleropariòtico hizo que algunos celebraran el título prendiendo fuego a los accesos de la Fira, en la Plaça d'Espanya. Nadie se llevó las manos a la cabeza en aquella época. Todo era normal. Eso sí, la imagen quedó para la posteridad... y para la 'causa' como decíamos: sólo hay que cambiar el pie de foto y, ¡tachán!, ya tenemos a los 'indepes' quemándolo todo. El canal público se lo 'tragó' y ha tenido que pedir disculpas por el bulo y borrar el tuit, pero claro está, pobrecitos: se fiaron de sus fuentes fiables. Las policiales.
Las disculpas no han convencido a nadie. La patita se la hemos visto todos y todas. La que no pueden esconder por la tele... y la que enseñan los uniformados.