Instituto Quatre Cantons de Barcelona. Alumnos de segundo de bachillerato son informados de que la clase de debate que tenían prevista con su tutora, la tendrán con otro docente. Un invitado especial que no saben quién es ni qué les explicará. Es el inicio del programa El suplent más conmovedor que se recuerda. Porque el profesor suplente que fue a impartir una verdadera lección de vida fue alguien a quien la vida le ha dado una sacudida durísima: el exportero del Barça y entrenador, Juan Carlos Unzué, enfermo de ELA.
Unzué entró en la clase con las dificultades para moverse propias del estado en el que se encuentra la esclerosis lateral amiotrófica que le diagnosticaron hace un año y medio. Una enfermedad cruel, que no tiene cura, y que hace que las células nerviosas motores se desgasten o mueran y ya no pueden enviar mensajes a los músculos. Con el tiempo, el debilitamiento corporal se transforma en imposibilidad para tragar o incluso, respirar. Unzué la sufre y les explicó a los alumnos y a los espectadores cómo se siente. Y fue conmovedor. Sobre todo, por la entereza y por como se tomaba la vida con lo que le ha tocado. El extécnico dejó claro que ahora, no puede hacer algunas cosas. Aspectos simples y cotidianos que sí hacen los alumnos, como tocar la guitarra, coger una pelota o abrir el tapón de una botella. Para Unzué la vida ahora es "tratar de valorar lo esencial" y seguir con los valores que siempre se aplicó a él mismo, incluso antes de caer enfermo.
Especialmente emocionante fue cuando emplaza a los alumnos a que le hagan las preguntas que quieran... Ninguno le pregunta por la esperanza de vida, el tema más espinoso de todos. Pero fue él mismo quien se lo expuso: "La esperanza de vida está en unos baremos entre los 3 y los 5 años. Me han acotado mi vida. Pero también os digo una cosa: ¿Sabéis lo bueno de esto? Lo que menos me importa es la cantidad de tiempo que voy a estar aquí. Lo que me importa es la calidad del tiempo que voy a estar aquí (sé que no será buena, por la propia enfermedad) y sobretodo, el darle sentido a mi vida el tiempo que esté aquí".
Los alumnos, emocionados. Los espectadores de casa, igual. Un programa más necesario que nunca.