Úrsula Corberó es, sin lugar a dudas, una de las actrices que más lejos ha llegado en el panorama actual. En los últimos años, la catalana ha conseguido dar el salto a Hollywood. Una estrella mundial precedida por papeles tan emblemáticos como el de Ruth en Física o química o el de Tokyo en La casa de papel, siendo este último el que la haría posicionarse como una de las intérpretes del momento. Ahora vuelve a estar de actualidad por El cuerpo en llamas, el nuevo fenómeno de Netflix. Úrsula se pone en la piel de Rosa Peral para protagonizar una serie que dramatiza el mediático crimen de la Guardia Urbana de Barcelona. Guste más o menos, y comparaciones con Crims aparte, es innegable que la barcelonesa se mete tanto en la historia que da gusto.

Con motivo del reciente estreno de la producción, la actriz se está dejando ver por diferentes programas y medios de comunicación para promocionar su trabajo. Una de sus más recientes y profundas apariciones ha sido en el pódcast La Script, presentado por María Guerra. Entrevista sincera donde las haya que ha dado para hablar de muchos temas e incluso descubrir algunas intimidades de la actriz que todavía no habían visto la luz.

El secreto médico de Úrsula Corberó que tanto la hizo sufrir en el colegio

Es evidente que haber tenido que mimetizarse con la agente de la Guardia Urbana condenada por el asesinato de Pedro Rodríguez no era una cuestión para pasar por alto. "Cuando me llegó esto, evidentemente, me cautivó el personaje. Dije: 'esto es una bomba'. Es muy difícil porque (...) te diría que es el personaje más difícil que he hecho en mi vida. (...) Como actriz dices: 'guau, este reto puede ser un aprendizaje maravilloso'", confesaba Corberó. Y no es para menos, puesto que la imagen de Peral estaba en la retina de muchos y ficcionarla suponía muchos riesgos. "Yo fui muy consciente desde el principio que lo que yo tenía que hacer para poder crear el personaje con la máxima libertad y el menor juicio posible era separarme radicalmente del personaje real (...). Si no yo sentía que lo iba a pasar mal yo", expresaba.

Precisamente, en términos de pasarlo mal, la conductora del espacio radiofónico ha querido incidir un poco más en la Úrsula más desconocida para la audiencia. Su vida en el colegio, la adolescencia. El relato de una joven que, al parecer, tampoco tuvo una infancia demasiado fácil por cuestiones médicas. A la pregunta de Guerra "¿tú eras popu en el colegio?", ella es clara: "no mucho". "Yo era muy pequeña. Tengo un retraso óseo de cinco años. Esto no lo he dicho nunca porque suena un poco mal, pero lo digo ahora", se explicaba la intérprete sobre una condición médica que hasta ahora nunca antes había revelado. "A mí me bajó mi primera menstruación con diecisiete años. A mí me empezaron a crecer los primeros pelillos del sobaco con diecisiete años. Eso hizo como que, ya con quince, mis amigas (llevaban) XS del Bershka y yo estaba todavía con la talla 14 de Zara Kids", desarrollaba entre risas.

La Messi del colegio, dicen. Desde luego que no lo llega a contar y nadie se entera, porque está estupenda.