Manuel Vallls ha pasado por el confesionario. Es decir, por las páginas de 'El Mundo', su cabecera de referencia. El francés se confiesa lector habitual del diario en una entrevista-masaje que aprovecha para reivindicarse como gran barcelonés ("querría que se me conociera más en lo personal. Me cruzo con gente que sabe que el primo de mi padre escribió la letra del himno del Barça o que vivíamos en Horta") y que remata con un 'zasca' bien sonoro a Albert Rivera, excompi político desde su 'rebèllion' contra el partido naranja. Ni siquiera le llama por su nombre: Es sólo "el amigo político" de Malú, una cantante a la que sólo conoce "por las páginas de su diario" y a la que no ha invitado a su boda con Susana Gallardo, desmintiendo informaciones anteriores. Y eso significa que Rivera está vetado al enlace.
Qué lejos quedan ahora aquellas imágenes de abrazos y compañerismo entre el líder de la banda de los mariachis (según Aitor Esteban, del PNV) y la muleta de Colau, Collboni e Iceta en el Ayuntamiento de Barcelona. Todo se fue por la borda con la foto de Colón, los pactos con VOX y la jugada en el consistorio barcelonés. Ahora "no se ajuntan". Y por lo que explica el francés, perdón, el superbarcelonés, Rivera sale perdiendo: Ya no podrá disfrutar de la intelectualidad, la seriedad, la firmeza, la elegancia, las raíces catalanas y culés y los gustos musicales eclécticos (de Bach a Rosalía) del exprimer ministro de Francia: Es la retahíla de dones y virtudes que periodista y entrevistado se apresuran a resaltar a lo largo de la entrevista. Evidentemente, sus palabras han pasado por el tribunal popular de las redes, que también ha criticado al diario por manipular una respuesta y convertirla en un titular llamativo pero dudoso.
Mirándolo bien, el tándem Malbert se ha ahorrado una cita incómoda y unos regalos de bodas (aunque Manuel Valls va sobrado de 'posibles'). Ahora bien, esperamos que al francés le vayan mejor las cosas en su matrimonio civil que en el político. Aprende