Mario Vargas Llosa es alguien que demuestra que en la vida se puede escribir muy bien y tener un Premio Nobel y al mismo tiempo, decir sandeces y tener comportamientos como mínimo, reprobables. El escritor peruano, por ejemplo, chochea cada vez que abre la boca para hablar de Catalunya. Hace un par de años, por ejemplo, soltó una estupidez miserable, al decir, sin la más mínima vergüenza, que  "Cuando los catalanes salen de Cataluña, el catalán no les sirve. Son españoles". Su ignorancia y mala fe le valió muchas reacciones, como por ejemplo de Laura Fa, que lo calló de manera brillante: "Pobres noruegos, islandeses, daneses, … Salen de sus paises y no sirven. A este señor le van a dar un Nobel en sandeces".  cuando dijo que "Una Catalunya independiente sería un paisito marginal gobernado por fanáticos. El nacionalismo es un anacronismo. Surgen estos movimientos nacionalistas, que son creaciones muy artificiales, apelando a los peores instintos y apelando a la demagogia".

El señor Vargas Llosa, aparte de decir barbaridades, también ha protagonizado los últimos tiempos la escandalosa separación de Isabel Presyler, volviendo a manos de su mujer y prima, Patricia. Una Patricia que tiene una vida apasionante al lado de su pareja. Cosa que pudimos comprobar, por ejemplo, cuando la Academia Francesa le rindió un homenaje al escritor y su mujer estaba muy atenta a todo lo que estaba pasando y diciendo Vargas Llosa mientras recibía el premio.

Patricia Llosa durmiendo en la Academia Francesa / Youtube

Capítulo aparte merece el tema de los toros. Cómo se le llena la boca cada vez que va al ruedo a ver una corrida. Le lame un pie que se maltraten animales, que se haga un espectáculo y el respeto a las vidas de los animales. Hace tiempo, en una conversación con el torero Fran Rivera, entonces colaborador de Espejo público, dijo una burrada tras otra, dos machirulos encantados de haberse conocido, solo les faltaba el palillo en la boca, diciendo cosas como que lo que más le conmueve de una corrida es "el momento cuando se crea esa complicidad entre el toro y el torero. Parece que su hubieran puesto de acuerdo y entonces el toro pasa con naturalidad, por más que arriesgue muchísimo el torero, y pasa y repasa y vuelve a pasar y se crea una cosa eléctrica"... Sádico, patán, fueron las cosas más suaves que le dedicaron:

Ahora, coincidiendo con la decisión del Ministerio de Cultura de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, el hijo de Vargas Llosa ha pillado de estrangis a su padre y Patricia Llosa. ¿Dónde? En el comedor de casa. ¿Haciendo qué? Mirando la tele. Evidentemente, una corrida. De toros. Una polémica imagen, además, haciéndose el gracioso y con un comentario chulesco lamentable. Dice Álvaro Vargas Llosa: "Disfrutando de la (políticamente incorrecta) faena del admirable Andrés Roca Rey, cómo no". No se puede ser más poco gracioso: