Lo último que se sabe de Shakira es un dato sorprendente: se la vio bañándose en un río de Puerto Rico con Raüw Alejandro, que se acaba de separar de Rosalía. Y por lo que dicen, los hijos de la cantante colombiana, Milan y Sasha, también estaban con ella. Los dos niños continúan las vacaciones con su madre hasta que vaya su padre a buscarlos y a pasar unos días con ellos. Un Gerard Piqué de quien ahora Vanitatis ha publicado una curiosísima revelación sobre una de sus propiedades. Concretamente, la periodista Sílvia Taulés escribe sobre la mansión que se compró el ex del Barça en el 2015 en la avenida Pearson de Barcelona, una de las calles más exclusivas de la capital catalana. Tal y como recuerda el citado medio, se dio por hecho que él y Shakira se mudarían allí, "pero el tiempo, que es quien quita y da razón, dejó claro que la mudanza no se daba y que la pareja no iba a vivir en esa casa". ¿Por qué? Según nos vendieron, porque la casa, comprada por Kerad, una de las empresas de Piqué (que tiene muchas otras propiedades, casas, garajes o naves industriales, en Barcelona, Esplugues, el Maresme y la Cerdanya), la iban a poner de alquiler.
¿Quién sería el inquilino? ¿Quién iría a vivir al casoplón con enormes jardines y todos los lujos que se puedan imaginar? Al final, sin embargo, nada de nada. Nadie alquiló la mansión. ¿Por qué? Porque según han podido saber, "la propiedad quedó siempre en manos de Piqué, que la utilizaba para sus juergas nocturnas". Vaya, vayita, Joe. Una sala de fiestas en la parte alta de la ciudad, que ríete tú del Space de Ibiza o de la mansión de Hugh Hefner en Los Ángeles. O eso es lo que se desprende de los testimonios de algunos vecinos de la mansión. Aunque la propiedad es inaccesible, a pesar de su gran portalón de madera con un arco que cubre el camino de acceso, a pesar del muro de piedra alto y firme que impide ver qué hay dentro, algunos pocos afortunados podían ver qué se cocía en su interior: "Son ellos quienes podían ver todas las celebraciones del entonces defensa central del Barça, algo que no debía saber Piqué o quizás no le importó demasiado".
"Juergas históricas"
¿Y qué veían los vecinos?: "Algunos veían estupefactos cómo el entonces futbolista montaba grandes fiestas en la casa. 'Eran juergas históricas, que todos podíamos ver'”, revelan al citado medio. Las amplias cristaleras de la casa, y el hecho de estar situada en un montículo, la hacían vulnerable a según qué miradas indiscretas. "Tanto en el jardín como en la piscina y las terrazas, las fiestas se convirtieron en legendarias". Festorros perpetrados casi desde el comienzo de la relación de Piqué con Shakira hasta el final de esta, "donde los festejos se sucedían". ¿Y cómo veían los vecinos a Piqué en estos festejos?: “Se mostraba libre, con maneras de soltero, y sabía que alguien podía verle o incluso, si hubiéramos tenido mala fe, tomarle fotografías, porque ahí había, además de muchas mujeres, muchos compañeros y amigos”.
Amigos y mujeres a tutiplén, según los vecinos. Quién sabe si youtubers y streamers de los que ahora conforman la Kings League o compañeros de vestuario azulgrana, desfilando por las cuatro plantas conectadas entre sí por un ascensor, "817 metros cuadrados de diversión divididos en cuatro plantas: sótano (106 metros cuadrados), planta principal (249), planta primera (255), segunda (159) y buhardilla (48), además de una piscina interior y exterior". El citado medio, sin embargo, dice que no es el único lugar donde Piqué hacía fiestas: "El piso en el que vive ahora, el tríplex de la calle Muntaner, fue otro de los escenarios de la vida lúdica del futbolista"... Lo que hubiera pagado el James Stewart de La ventana indiscreta por ser uno de los vecinos de Piqué y poder ver con sus prismáticos todo lo que pasaba en la mansión de enfrente.