Las tres grandes modelos de Catalunya son las que ilustran la foto de portada: Judit Mascó, Vanesa Lorenzo y Verónica Blume. Sólo falta Martina Klein. Son similares, rubias, de melena larga, sonrientes, amables, sanas y muy simpáticas. Han sabido reinventarse pasados los 40 y 50 años, caso de la Mascó. Verónica Blume tiene 44 años y un hijo de 18, Liam. A pesar de haber nacido en Alemania la modelo es catalana. Vive y trabaja en Barcelona donde tenía un centro de yoga: The Garage by Verónica Blume y ahora sigue dando clases de este arte oriental.

Lorenzo, Blume y Mascó, juntas, GTRES

Blume ha sido siempre reservada con su vida privada, pero ha llegado el día de mostrar a su hijo Liam. Ya es mayor de edad y no hay que pixelarlo. Es un alto hombre rubio y guapo, mide 2 metros, y podría hacer de modelo si lo quisiera. Se presenta en sociedad en la alfombra roja de Luzia, el espectáculo de Cirque du Soleil. Este es Liam Blume:

Liam y Verónica Blume en el cirque lleva Soleil, EP

Verónica Blume habla con la prensa en el photo-call: "Es la primera vez que pongo con él, veníamos en el coche y le digo ponte en la foto si quieres, yo deseando 'ponte, ponte, ponte'. Veo sus dos metros de altura y cómo ha pasado el tiempo. No quiere ser modelo, tiene otros planes que me parecen muy bien". Grande Liam, literalmente.

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El embarazo de Liam hizo que la madre cambiara radicalmente de vida y se instalara en Ibiza, abandonando el modelado, una profesión que nunca le ha acabado de hacer el peso. A pesar de haber empezado muy joven, con 16, y haber conseguido grandes hitos en el sector, no se oía un modelo. De hecho, ha dicho en más de una ocasión que si volviera atrás no escogería este tipo de vida. Prefiere mucho el yoga, que empezó a practicar durante la gestación. La afición se convirtió en un trabajo, y ya una vez de vuelta en Barcelona llegó a abrir un centro, ahora cerrado por la pandemia. Un golpe inesperado que está superando con optimismo y paciencia. Ha tenido una gran compañía durante el aprieto: su hijo. A lo largo de estos años ha compartido algunas imágenes del joven rubio por el que siente devoción.

Ahora que puede volar sol, Verónica siente un orgullo inmenso al ver el tipo de hombre en el cual se ha convertido. El mensaje que le dirige es enternecedor: "Menudo un viaje es esto de ser madre. Uno de esos que se viven cono una intensidad arrolladora y se entienden mucho mejor con perspectiva. Menudo honor crecer a ti lado. Menudo uno privilegio acompañarte en ti en este camino que andas con una dignidad y una autenticidad que no deja de alucinarme. Te quiero infinito". La emoción de la madre, que se separó del padre cuando sólo tenía un año, es total.