Víctor Amela no hace distinciones: cada día es una nueva batalla, no hay días de fiesta. Ni siquiera en una jornada tan especial como la Diada de Sant Jordi, en la que tendría que ser feliz: libros, rosas, contacto con el público, celebración, alegría de vivir. A pesar de la sonrisa que dibuja en su rostro hay una buena carga de amargura escondida. Si ríe es sólo por una razón: está provocando a alguien con sus ocurrencias y discursos de claro sesgo unionista. El resto del día lo imaginamos con cara de pocos amigos, asqueado con el mundo que le rodea. El que tiene más cerca, de hecho: millones de catalanes que tienen un anhelo, un sueño y un derecho legítimo, el de la independencia. Cualquier ataque contra ellos está justificado y forma parte de su día a día. Desde que se levanta hasta que se mete en la cama para dormir. No falla.
El crítico de televisión tiene una jornada intensa este 23 de abril de 2022. Toca vender sus libros y sus soflamas, y aprovecha las invitaciones de diferentes programas para hacerlo. Esta mañana, por ejemplo, ha estado en RAC1 y TV3, antes de ir a firmar ejemplares de títulos como 'Nos robaron la juventud'. Historias de miles de jóvenes que fueron de combatientes a la Batalla del Ebro en la Guerra Civil, haciendo un ejercicio de memoria que no aplica a otros casos y etapas históricas. Por ejemplo, la represión española contra los indepes catalanes de los últimos años. Estos no son dignos de elogio para el columnista, no. Son enemigos. Y los trata como tales.
Según el criterio de Víctor, todo lo que se haga contra el movimiento soberanista catalán es justificado, bienvenido y digno de aplauso. También de ridiculización, aunque muchas de sus invectivas sean un fracaso y provoquen el descrédito de su autor. Hacer un repaso detallado de todas sus afrentas sería consumir inútilmente nuestro tiempo de vida, aparte de estropearnos la Diada más bonita del mundo. Pero vaya, apunten: TV3, el catalán, Pilar Rahola, Quim Torra, Carles Puigdemont, los presos políticos... Faltaba, claro, el último cromo de esta colección: el escándalo de espionaje del CatalanGate y el famoso Pegasus. Amela metiendo baza en 3, 2, 1...
Oyentes de la intervención del escritor unionista de ayer en la radio de Godó lo oyeron provocar al personal con esta frase: "Estoy a favor de que se pueda espiar". Considera que en Catalunya "hay una guerra", recogen otros en Twitter. Palabras nada inocentes ni interpretables: sabemos de qué lado de la historia tenemos a Víctor. Faltar al respeto de sus compatriotas es un precio que está dispuesto a pagar para hacerse un huequito en la opinión pública. Y las críticas sólo aumentan su ego. Hoy, por lo tanto, estará contento. Ha firmado una bien grande.
Victor Amela en RAC1: "estoy a favor que se pueda espiar"
— JLB (@culebra1978) April 22, 2022
...siempre tanto brillante, tú
Escandaloso. Y "hay una guerra".
— Llorenç R. ||☆|| (@4barresi1estel) April 22, 2022
Pues ave, que alguien le infecte el teléfono
— lourdesent (@lourdesent18) April 22, 2022
SI, si, en los otros. A ver que diría si se metieran en su vida privada y todo el que dice se hiciera público. A veces este zángano patina que da gusto|sabor...
— iconoclasta republicano (@iconoclastaCat) April 23, 2022
Y esta noche, como colofón y fin de fiesta, vuelve el 'FAQS'. Otro de sus 'guilty pleasures' y que le subirá las pulsaciones. Vaya existencia la suya.