La salud del catalán preocupa: despreciado, atacado y cada día más cerca de su desaparición. El españolismo radical y monolingüe emprende cruzadas lamentables contra la lengua cada semana, con la connivencia y permisividad de fichajes ajenos al universo ultra. Gente progresista (y catalana) que le hacen daño con ironías nada graciosas y afirmaciones que sólo hacen crecer la brecha entre unos y otros. Por ejemplo, Víctor Amela, que no deja pasar ninguna oportunidad para meter una cuña contra el idioma de Catalunya. Si hace unos días en TVE decía que "me es igual si en 15 años el catalán está herido", ahora ha pasado por TV3 para repetir la jugada. Una intervención corta y llena de sorna embistiendo contra los defensores de la lengua.
Amela ha participado en un reportaje del APM, haciendo de contrapunto a los diferentes estudiosos de la lengua que explicaban cuál es su deplorable situación actual. El programa preguntaba a un grupo de estudiantes de Barcelona sobre cuál era su lengua materna, qué idioma utilizaban en clase y cuál escogían para hablar en el patio. Las tres respuestas hunden las falacias de Anna Grau: castellano, castellano, castellano. Aun así, Amela quería girar la tortilla, preguntando por la traducción al español de dos palabras: melocotón y guisante. La respuesta correcta de la estudiante confirmaba la tesis del escritor: "No hay conflicto. En catalán nos entendemos todos". Hombre, sería de traca si los escolares no supieran traducir dos palabras tan básicas. No contento con el juego, soltaba una bravata insultante a las entidades y personas que luchan por la supervivencia del catalán: "estamos haciendo más por difundir la lengua catalana que los pesados de la Plataforma por la Lengua que nos dan la matraca 'porque si no se acabará el mundo'"
Para 'matraca', el atropello sistemático a las lenguas de las naciones sin estado. Que los 'pesados' que las defienden no desaparezcan nunca. Muchos de sus alumnos lo agradeceremos.