Víctor Amela ni descansa, ni deja descansar. Una de sus obsesiones sempiternas no lo abandona jamás. Ni la llegada del verano, ni las vacaciones, nada. No hay manera de olvidar que siente fobia por TV3, a la que acusa de maquinaria de propaganda al servicio de la pérfida causa indepe. Pensábamos que el fin de temporada en 'FAQS' lo calmaría, pero no se puede contener. Siempre encontrará nuevos y diferentes motivos para repetir el mensaje con tozudez. Un trabajo al que dedica mucho tiempo y mucho esfuerzo.
Ya que estamos hablando de trabajo, Amela ha aprovechado las páginas de su diario, 'La Vanguardia', para continuar con la campaña. No ha sido en una de sus tradicionales 'contras', sino en un artículo de opinión. Claro, en Godó aprecian mucho más su línea editorial que la de la querida Pilar Rahola, en las antípodas de su pensamiento. Precisamente por eso él está dentro, y a ella la han echado de malas maneras y sufriendo diferentes episodios de coacción e intentos de censura. La última columna de opinión del barcelonés tiene un título muy significativo: "Catalanes de España", y olé. Un texto que sirve de vehículo para zurrar a la cadena de televisión pública nacional de Catalunya.
Resulta que Víctor, siempre atento a todo aquello que pasa en el canal '3' de su televisor, ha encontrado luz en la oscuridad, que diría el gran Carles Porta en 'Crims'. No todo está perdido para los españolistas catalanes, autoproclamados como autonomistas para el seguidor de 'S'ha acabat'. Los Juegos Olímpicos de Tokio han abierto una resquicio por donde se cuelan rayos de esperanza, fichando para su causa al presentador estrella de los Telediarios de Sant Joan Despí: Toni Cruanyes. Le atribuye un gesto demoledor contra el imperio separatista, saltándome su "malévolo marco mental", cuando informó de que la delegación española "tiene 321 deportistas, 99 catalanes." Para Amela, "una gota de sensatez en un desierto", porque quiere decir que "99 famiias catalanas muy pendientes de que sus hijos, hermanos, padres, logren la gloria olímpica". Y si es con España, "se cuenta, se celebra, se aplaude y se disfruta". Hombre, faltaría más que no lo hicieran. Ahora bien, atribuir el gozo al 'yo soy español, español, español' es hacer una interpretación personal que, siendo legítima, admite debate.
Mucho menos interpretable es, sin embargo, el que dice sobre TV3, escaparate donde te inclucan cosas como "una es una puta, y la otra santa". No sabemos qué canal mira últimamente, pero no parece la pública catalana. Lanza una última pulla: "ojalá me cuente algún verano el tiempo que hace más allá de Torrevieja y al este de Orta de Ebro (sic)". Lo tienes fácil: hay 6 canales como mínimo para satisfacer tus necesidades, por mucho que "los catalanes también viajamos".
Hay quien hace sudokus en verano, otros que se pegan caminatas por la playa o la montaña, y después está Víctor Amela, que analiza cada frame de TV3 aunque le provoque escozor e insomnio. Cada uno disfruta del tiempo libre como le salga de las narices, faltaría más.