Cada vez estamos más seguros: las noches de los sábados no hacen bien al escritor y crítico televisivo Víctor Amela. Le iría mejor encamarse a las 10 de la noche y aprovechar el domingo en plenitud. No tiene que ser bueno para la mente y el espíritu ir a dormir rabioso, ofendido e indignado semana tras semana. Porque una de las voces más críticas con TV3, a pesar de participar en programas como 'Planta Baixa', detesta este canal y un programa en particular: el 'Preguntes Freqüents' de Cristina Puig. Si no es poruna cosa, es por la otra, pero el mensaje es siempre el mismo: nido de indepes con dinero público. No falla: su obsesión es silenciar la realidad de millones de catalanes. En vez de apagar el televisor, lo mira impulsivamente, y claro: vivió un 'dramita' personal durante el último FAQS, viendo a los presos políticos indultados Joaquim Forn y Josep Rull en plató, por primera vez como hombres libres. Parciales, condicionales y reversibles, claro está. Eso no lo dice Amela, por supuesto.
El de 'La Vanguardia' digiere el tema de los indultos del PSOE con cierto escozor. Partidario de gestos magnánimos y perdonavidas para recordar quién manda en España, se ofendió mucho al ver las protestas contra el líder supremo Sánchez en el Gran Teatre del Liceu. Aquel día la famosa bondad y concordia desapareció para siempre, reforzando su posición y oposición a los indepes. Y mira por dónde que el cóctel TV3, Forn (al que ya había dedicado mensajes en el pasado) y Rull detonó un nuevo cabreo, expresado en redes con su particular ironía. Tres tuits en un lapso relativamente corto; el primero, el más trabajado: "En España, como en Turquía, honramos a los oprimidos con horas de televisión pública, faltaría más!". No está la cosa para hacer estas comparaciones, pero bueno. Los dos restantes salieron directamente de la rabia: "Paña malita malita, oprimidos buenos" y "Buenos buenos buenos buenos". La reacción de sus lectores virtuales fue la de siempre: mientras animaba a españolistas (o autonomistas, como le gusta autoproclamarse) a insultar y humillar a los represaliados, el resto le reprochaba su actitud y le hacía probar su ironía: "¿Te hace pupa, verdad?". No somos doctores, pero parece ser que así es.
Un detalle y un consejo: quizás haría bien de centrar la tele en la pared de su casa, la imagen está muy inclinada en la foto. Y hacia la derecha, a pesar de ser el aparato de un reconocido progresista. Cosas que pasan, tú.