La Casa Real Española vuelve a estar sacudida por la polémica, y esta vez por una de las gordas. Todo el mundo sabía que Juan Carlos fue un mujeriego de manual, pero no fue hasta que salieron las fotos con Bárbara Rey que la gente no pudo ponerse las manos en la cabeza para alucinar de verdad con la magnitud de los hechos. Besos en la terraza de la vedette, supuestamente fotografiados por su propio hijo, unos audios donde Bárbara lo entrevistaba con décimas de preguntas familiares sobre su relación con la reina Sofía y con sus hijos. Un escándalo monumental que el resto de los miembros procuran eclipsar con una normalidad del todo fingida. Toda la familia continúa con su agenda real y sus deberes como royals, todos incluso Victoria Federica, a quien lo hemos podido ver disfrutando de un perfecto día del domingo: comer 'familiar' con influencers y visita a los toros, el plan ideal.
Victoria Federica se ha ido haciendo un sitio en el mundo de las redes sociales y concretamente se ha juntado con una xupipandi ideal, como bien dice el refrán: dios los crea y ellos se juntan. Refirámonos ni más ni menos que a la famosísima familia Pombo, con quien la royal tiene mucho buen rollo desde hace tiempo. Mira por dónde, se ha ido a juntar con una familia que también parece estar en crisis. Las tres hermanas (María, Marta y Lucía) no estarían pasando por su mejor momento en su relación, ya que todo apunta que habría mal rollo entre los cuñados, los tres maridos, concretamente con Álvaro López Huerta, el marido de Lucía, quien hace tiempo que ha desaparecido del mapa y ya no aparece entre la familia. Ninguno de los protagonistas ha querido aclarar la disputa, pero a quien muy seguro le habrán charlado todo es a Victoria Federica.
La hija de la Infanta Elena se fue a comer con María y Marta Pombo (y los respectivos maridos) y también con Tomás Páramo y María G De Jaime, con quien también tiene muy buena relación y, según podemos ver por la red, son casi parte de la familia. Una comida 'familiar', donde repetimos, no pudimos ver ni a Lucia Pombo ni a Álvaro López Huerta, y donde los otros protagonistas de la historia debieron comentar al detalle todo el drama. Muy bien Vicmabor, tú en medio mientras te enteras de cada detalle. El grupo de amigos no enseñó demasiado los platos que se pidieron en el restaurante Filandón, tan solo pudimos ver un selfie de las chicas de la mesa y los postres: "Oblea caliente de manzana con helado de vainilla" de 9'00 euros.
Más tarde, Vicmabor tenía otra cita, que, al contrario que la comida, no pensaría nunca en publicar por la red. Se iba a su segunda casa, Las Ventas, y lo hacía muy bien acompañada, con un chico llamado Ivan Bernabé, con quien se pasó todo el rato risueño y susurrando hasta que salió en medio de la plaza Roca Rey, el torero de la tarde, y el culpable de que la royal se estuviera todo el rato tapando con la cara, y con un gesto inquietante cada vez que la bestia se acercaba a quien era a su amigo.
Un plan de domingo donde podemos ver las dos caras de Victoria Federica: influencer por la red con su grupo de amigos en una comida donde debieron charlar a diestro y siniestro de todo tipo de dramas (y ella seguro que ni explicó ninguno) y por la tarde, la prensa ya no lo pillaba como Vicmabor, sino como Victoria Federica de Marichalar, en una tarde en la plaza de toros. Ella es Hannah Montana, royal de día, influencer de noche.