Victoria Federica está cerrando un verano muy movido, intenso, con poco trabajo y mucho ocio. Formentera, Ibiza, Marbella. Sol, mar, bikinis, yates. También fiesta, ligoteos y, evidentemente, polémica y problemas. Una salida nocturna a un karaoke de Madrid, utilizando a su prima Irene Urdangarin como carabina, provocó un alboroto más que cantado. La primera vez que la mayor sacaba de juerga a la pequeña, con 18 años recién cumplidos, y va y la deja tirada a la primera de cambio para besarse con un joven rubio, supuestamente el hijo de la modelo argentina Valeria Mazza. Feo. ¿Resultado? Según explican fuentes como 'Monarquía Confidencial', la infanta Cristina se enfadó con su sobrinita, pero también y de manera subsidiaria con su hermanadel alma. Incluso habría sido Juan Carlos el encargado de poner paz desde Abu Dabi, donde recibió la visita de la propia Irene, según dicen, para "sacarle un coche al abuelo". Otro consejo y frase mítica de Vic, que de esto entiende mucho. De exprimir al yayo.

La vida de la hermana de Froilán es un no parar de lujos impropios para una chica de 22 años, sin oficio ni beneficio. Los estudios, una pesadilla; si los ha acabado o no es un misterio. Lo que se sabe es que no los rentabilizará trabajando. Bueno, sí que tiene un trabajo, el de influencer y chica anuncio. Pero no se engañen, no gana tanto para llevar este ritmo de vida ni para poder satisfacer sus vicios. Eso se paga por otras vías, como aquella famosa yegua. En todo caso, que no le falte de ná. Pero siempre quiere más. Y si es caro, de marca y chillón, mejor.

Victoria Federica / Instagram

El vicio de Victoria Federica, miles de euros

¿Cuál es el vicio más caro de Vic? No es el tabaco, no, aunque la conozcan como 'Patín-piti'. Tampoco salir de fiesta ni viajar a todo trapo, áreas que domina con creces. Su adicción, cultivada por el influjo paterno, es por los bolsos carísimos. Si la juventud normal lleva una mochila para ir a clase, ella iba con un Louis Vuitton. Un comportamiento ostentoso e inútil, efectivamente. Le encanta coleccionar estos complementos de firmas de precios prohibitivos, y durante su última escapada a París ha podido pegarse un homenaje. Una Victoria Federica bronceadísima y acompañada de una amiga ha dedicado su estancia a babear en la tienda de Longchamp, deslumbrada con los bolsos de la firma. Ella puede. Tiene los bolsillos llenos.

El vicio de Victoria Federica en París / Instagram
El vicio de Victoria Federica en París / Instagram
Victoria Federica, en clase con el 'Luisvi' / Europa Press

La hija de la infanta Elena, en París, postureo cultureta

La sobrina de Felipe VI está tan obsesionada que los complementos son protagonistas de las escasísimas imágenes que ha considerado que valía la pena compartir durante la visita parisina. Las otras instantanias son de la colega que la acompañaba, y dos más exhibiendo modelito, color de piel y mueca rara. Lo que más nos llama la atención, sin embargo, es el fondo de la imagen, estantes llenos de libros en una librería o una biblioteca. Eso sí que es una novedad, nunca ha estado tan cerca de tanto conocimiento. Le ha venido muy bien para hacer postureo cultureta..

Victoria Federica / Instagram

Vic y sus vic-aventuras. No se la ve demasiado  preocupada por los conflictos en casa, ni mucho menos.