Los culés, este miércoles por la noche, constatamos que la travesía por el desierto será larga, larguísima. A pesar de la llegada de Xavi al banquillo azulgrana, la realidad, la dura realidad, nos muestra a un equipo incapaz de competir al máximo nivel contra los grandes de Europa. Hoy por hoy, la certeza es esta: el Barça no es equipo de Champions, es equipo de Europa League. Y gracias.
La (nueva) goleada encajada contra el Bayern de Munich, otro 3 a 0, certificó la eliminación de la máxima competición por primera vez desde el 2003, justo antes de que llegara Leo Messi al Barça. Con el argentino en el equipo, nunca habíamos tenido que jugar la segunda competición europea. Pero los tiempos cambian.
Y ahora, el Barça, es una sombra de sí mismo. Un equipo lleno de jóvenes con futuro, pero donde el presente es así de crudo: jugadores lejísimos de su máximo nivel, como Ter Stegen o Frenkie de Jong, otros que nos hacen pensar que nos dieron gato por liebre, como Memphis Depay, un Dembelé que ahora parece el salvador del equipo, pero que nunca ha salvado al equipo, poca fe en las miradas y la intención de los jugadores y la sensación de que a menudo, cuando juegan contra equipos como el Bayern, estamos viendo un partido de hombres contra niños.
Por no hablar de la lamentable sequía goleadora. Dos goles en seis partidos de Champions es, no ya, ridículo, sino directamente preocupante.
Quien solucionava los problemas ofensivos del equipo, Leo Messi, ya no está. El argentino se marchó al PSG dejando huérfanos a los culés y dejando huérfana a la delantera azulgrana, donde nadie es capaz de marcar goles o, a veces, ni de chutar a puerta.
Los seguidores del Barça añoramos al mejor jugador de la historia. Pero, ¿qué hacía él, justo antes de que el Barça volviera a demostrar (y ya hemos perdido la cuenta) que no le marcamos un gol al Arco Iris? Jugar con sus tres hijos a fútbol. En el comedor de casa. Encima de la alfombra, descalzo. Y por lo que se ha visto, él en la alfombra contra sus tres hijos sigue siendo más peligroso que toda la delantera del Barça.
Antonela Roccuzzo ha grabado la escena familiar imperdible. Un vídeo impagable donde Messi va haciendo slaloms, zigzags y regates en un palmo del suelo, con calcetincitos y pijama de Bugs Bunny, preguntando "¿Qué queréis que haga"? a sus tres hijos, mientras Thiago, Mateo y Ciro intentan, sin éxito, cogerle la pelota. Vaya, como los jugadores del Barça impotentes ante los del Bayern.
"Golasso", dice Messi después de un túnel y de una vaselina. Incluso, en un momento se pone él de portero y tampoco deja pasar ni una, no como Ter Stegen las últimas semanas. Un vídeo que hará llorar a los culés, nostálgicos. Es que incluso, viendo cómo entra Matías a su hermano pequeño, Ciro, para robarle la pelota, podríamos pensar que el mediano de los hijos de Messi y Antonela lo haría mejor de defensa central que algunos trastos de la plantilla, como Clement Lenglet.
"Tranqui en casa", escribe Antonela... Y a su casa enviaron los del Bayern a los culés...
Los culés ya nos podemos ir poniendo el pijama (de Bugs Bunny o de lo que sea), meternos dentro de la cama y taparnos bien. La cosa irá para largo. El tema será que cuando nos durmamos, avistamos muchas pesadillas durante este tiempo.