Este nuevo Operación triunfo no chuta A nivel de repercusión en las redes o en el canal de YouTube, la verdad es que no se pueden quejar. A nivel de audiencia los domingos, ya es otra cosa. El último programa registró una de las peoreos cifras que se recuerda, un paupérrimo 10,4% de share. Y eso que muchos de los triunfitos tienen un talento considerable. Pero no acaba de cuajar la combinación y en el mes que llevamos de concurso, han trascendido más las polémicas. Que si a un concursante (Nick) le dejaban de lado los compañeros, que si otra (Eli) tenía una actitud al límite del respeto con una compañera (Ariadna), que si el profesor de interpretación (Ivan Labanda) pide disculpas al colectivo LGTBI por un ejercicio... Por no hablar de una miembro del jurado, Natalia Jiménez.
La cantante de La quinta estación es difícil de catalogar como jurado de OT. A menudo se lía, dice obviedades, o frases contradictorias. O simplemente no tiene demasiado que decir y valora las actuaciones de los concursantes como si estuviera en un karaoke con amigos a las cuatro de la madrugada. Que sea más o menos fallida en sus apreciaciones es algo que a los espectadores puede saber mal, pero no pasa de aquí. Pero que falte al respecto a los fans, ya no se lo perdonan.
El domingo derrapó. Más que nunca. Hizo unas valoraciones a Anne y Anaju que después la directora de la Academia, Noemí Galera, le echó por tierra, con dos zascas considerables. Después de la gala, se debería marchar escaldada hacia casa, y en el coche que la recogió en plató, tenía ganas de jarana. ¿Qué hizo? Grabar un stories (que posteriormente intentó borrar) saludando a sus detractores, y faltando a alguna espectadora que le dijo que era "un engendro del mal". Respuesta: “A esa le mando un beso muy fuerte. A ella y a su mamá. ¿Piensan que soy un engendro del mal? Ahorita van a ver”. Y lo que los seguidores vieron ahorita fue a Jiménez haciendo un obsceno gesto, simulando una felación y haciendo ruiditos y pronunciando en voz baja: "Me la pela"
Los espectadores piden medidas drásticas por parte del programa y el director, Tinet Rubira, ha salido al paso de la polémica con estas palabras:
La cosa tiene mala pinta.