Viggo Mortensen es uno de los mejores actores del mundo, y es socio de Òmnium cultural desde mayo de 2018. Esta combinación ha hecho enloquecer la prensa radical unionista. El diario El Mundo ha publicado una columna insultante contra la estrella del cine por estar aparejado con la actriz catalana Ariadna Gil, ser yerno del abogado indepe AugustoGil Matamala y pagar la cuota de la entidad soberanista que preside Jordi Cuixart. Y lo ponen a parir por una falsedad: afirman que llevó un pin de lazo amarillo a la ceremonia de los Goya de hace unos días:
Hay que ser muy ciego para ver un lazo amarillo. La periodista ultra es intolerante y miope. Escribe en El Mundo: "Viggo Mortensen, nominado a Mejor Película Europea por Falling, iba con un pin indepe del lazo amarillo. No logré confirmarlo, mi vista no atinaba con nitidez la ventanita en la que aparecía en pantalla. No me extrañaría que lo llevara. Que una estrella tan internacional y tan viajada sea socia de Òmnium Cultural via suegril (Ariadna Gil) es palurdo". Es la típica campaña facha de boicot a productos catalanes por personas que piden que los catalanes voten su forma de país.
Tuits manipulados pintando un lazo amarillo hacen que la periodista de El Mundo insista: "Investigando fotos suyas, compruebo que en todas las entregas de Premios que asiste, sean los Oscar o el Donostia, Viggo siempre llevaun pin con proclama en la solapa. Los pins me parecen una cosa más vieja que el hilo negro. La última vez que tuve un pin era de Curro, mascota de la Expo92". También es mentira, el actor luce pins como todo el mundo: cuando le da la gana. Fue con Ariadna Gil a los Oscars sin ninguna insignia.
Lo que duele a El Mundo no es el pin y ver lazos amarillos obsesivamente. Lo que les atormenta es que sea Viggo Mortensen quien pida el derecho a decidir de Cataluña. Rompe sus esquemas. Mortensen es un héroe en el cine, Aragorn en el Señor de los Anillos. Y todo el mundo lo adora. Comprometido, culto, muy atractivo a los 62 años, y extremadamente educado. Enamoró a Ariadna Gil que se divorció del padre de sus hijos, el también cineasta David Trueba. El actor de Nueva York, diez años mayor que la catalana, no es mucho photocalls ni prensa rosa. Viven en un piso en Chueca, Madrid, donde los retratan felices y enamorados.
El pin de los Goya no es un lazo amarillo pero podría haberlo sido. Un nuevo ridículo de El Mundo. Aragorn cuando ve orcos y otros monstruos, los decapita.