La carta de Pedro Sánchez anunciando que medita durante 4 días si vale la pena pagar el coste personal y familiar que supone ser presidente de España sacudió la actualidad. Todos pendientes de la aceptación de penas de prisión del novio de Isabel Díaz Ayuso y del juez madrileño, con una hija que es concejala del PP, aceptando a trámite una denuncia contra la mujer de Sánchez basada en titulares fakes de digitales de ultraderecha, presentada por una entidad de ultraderecha condenada por extorsión como Manos Limpias. Una querella que está a punto de retirarse porque todos los que la han utilizado saben que no va a ningún sitio. En este contexto Sánchez teatraliza su atracón y pone el foco en la ética política, en los límites de los ataques a la familia. Y domina el relato. Una nueva jugada del presidente más imprevisible y atrevido de toda la democracia. Y por eso el más detestado. Programas de todas las cadenas giraron el guion para hablarlo, de El hormiguero a El objetivo. Unos sesgados a la derecha otros a la izquierda. ¿Y El Chiringuito hacia donde tira, políticamente?
Cualquier espectador diría que el programa es de derechas, madridista, florentinista y anti-indepe. Pedrerol es el catalán que se lo quiere hacer perdonar, contrario a los derechos de los trabajadores según denuncia su ex editor y los tertulianos son ultras. De entre todos ellos hay una sorpresa, un ultramadridista que defiende posiciones muy de izquierdas y ha salido a defender a Pedro Sánchez y a zurrar a la ultraderecha que lo está atacando. Es Alfredo Duro:
Cuando todos los espectadores dan por hecho que el grupo de tertulianos madridistas de Pedrerol son de ultraderecha, empleados de medios como Marca, Es Radio o La Razón, aparece Duro y suelta esta bomba contra la ultraderecha: "Estamos permitiendo que se produzca un golpe de estado con bulos y patrañas? Por las denuncias de un grupo de ultraderecha que hace tiempo que debería ser ilegal??? No les des ese gusto, Pedro!!!!". Solo el hecho de dirigirse al presidente por el nombre de pila y pedirle que no dé un paso atrás contra la caspa que representa Manos Limpias y la judicatura franquista enquistada en el Poder judicial, Duro se moja. Tanto que muchos de los espectadores de El Chiringuito se sorprenden de este sesgo progre:
Amante de los toros, del boxeo, del Madrid, de la República, de la causa LGTBI, del antifascismo, un personaje diferente. Duro, duro con los ultras y próximo a su presidente Sánchez. Pedrerol y Atresmedia lo reñirán, no por madridista sino por antipepero.