Madrid, capital del reino, ya tiene luces de Navidad. No son luces al uso, no: es la obra magna del ultranacionalismo español en el Ayuntamiento, que considera la bandera un símbolo tan o más fundamental que las estrellitas, los abetos o el propio belén. Sin rojigualda, no hay fiestas, ni gozo, ni descanso. Pues hale: 2 kilómetros de bandera luminosa por la Castellana. Resulta curioso que se venda como la cosa más natural del mundo, nada politizada. Las cosas de nacionalistas ya las hacen otros: catalanes, en general, e indepes, en particular. El encendido de tal monstruosidad fue acompañado de pica pica y 'sarao', tan típico en Madrid. Y allí, la plana mayor de los VIPS pululaban felices obviando su ridículo. Hasta que apareció un reportero de TV3. Entonces, tenían la excusa perfecta para ventilar su porquería hacia el nordeste.
Isma Juárez es un vaquero en territorio comanche. Se sabe mover entre la élite de la capital del estado, propina zascas contundentes y, claro, también se expone. El alcalde, José Luis Martínez Almeida, la número 2 Begoña Villacís y la barcelonesa Andrea Levy, concejala de cultura, actuaron al unísono: es igual del qué hablaran, la respuesta era 'y los independentistas más'. Un ejemplo: "ahora podremos saltar por todo Madrid de bandera en bandera". Levy, en un catalán entre oxidado y dubitativo por estar pecando: "Bueno, como... como lazos... del Palau de Sant Jaume, ¿no?" Ya con impulso, dedito en alto adoctrinador "es lo mismo pero legal, eh? Esto es legal". Ajá. Exactamente lo mismo, sí. Con el alcalde, pasamos de un regalo de un caganer del oso y el madroño a Gabriel Rufián, mientras que Villacís merece un capítulo aparte. Enrabiada porque le dijeron si tenía miedo de que Cs desapareciera como el UPyD de Rosa Díez, llamó "sectarios que quieren lo malo" a los catalanes, para después ir perseguindio al reportero para decirle que "la gente se merece que le bajen los impuestos y que se pensase menos en el independentismo y gastar menos en la independencia". Juárez alucinaba, pero todavía más cuando la asesora de comunicación de la vicealcaldesa intervenía y la retiraba diciendo "perdona, nos tenemos que ir". "¡Pero si ha venido ella!", le espetó. El colmo del absurdo con tufo a bullying mediático.
Tanto de luz en la bandera y tantas fundidas en la cabeza. Feliz navidad a vosotros también.