El Tigrinho ya muerde. Vitor Roque por fin juega en el Barça y lo que es más importante: marca goles. Exactamente, lo que el club azulgrana esperaba de la perla de 18 años que ha venido desde el Athletico Paranaense, y que hemos tardado en descubrir, básicamente, por la falta de minutos. Desde el banquillo es difícil ayudar al equipo. Por eso cuando ha salido al campo ha podido destacar. Tanto, de hecho, que los árbitros ya le han cogido la matrícula: la expulsión surrealista en el estadio del Alavés vuelve a dejar bien claro el significado del madridismo sociológico. Una vergüenza.
En todo caso, los goles son buenísimas noticias para Roque y su séquito. El jugador ha aterrizado en Catalunya con buena parte de su familia: sus padres, su hermana Vitoria y su mujer, la influencer Dayana Lins. La brasileña es muy activa en redes sociales, y comparte cada instante de su nueva vida. A veces enternecedora, como cuándo se sorprendía del frío (sí, del frío) que hace en Barcelona. Otras, combativa: el tigre bostezando durante las continuadas suplencias de su amado era un mensaje corrosivo contra el técnico Xavi Hernández. La ventana de Dayana es jugosa, rezuma buen rollo en general. Sin embargo, las publicaciones de hoy son más bien tristes. Añoradas. Les falta alguien que se quedó en Brasil. Y están deseando que pueda aterrizar en Barcelona y formar parte de la aventura de su vida.
¿A quién echan de menos? Pues a su perro, un Chihuahua mexicano de 4 años que responde al nombre de Dobinho. Es importantísimo para la pareja, de hecho tiene cuenta de Instagram, como Nala, la perra de Alexia Putellas. Dobinho continúa en Paraná, en Curitiba, bien cuidado por el entorno del futbolista. Por la razón que sea, todavía no se ha producido su traslado. Y se le está haciendo bola al matrimonio. "Estamos ansiosos por su llegada", confiesan. El vídeo de Vitor Roque jugando con el animalito sobre la cama del dormitorio es auténtico amor. Los que quieren a los animales, y a los perros en particular, saben de la potencia de estos momentos en familia. Sí, amigos y amigas: un perro es de la familia. Como un hermano. Como un hijo. Así es.
Que están tristes no lo decimos nosotros: es la propia influencer la que lo expresa, con la famosa palabra en portugués "saudade". Lins llega a calificarlo como "mi hijito", celebrando su cumpleaños en la distancia con una fotografía importante: la del día de la boda de la pareja, y en la que no faltó Dobinho. Se ve que la llegada del perro es inminente, y eso seguro que insufla todavía más poder y energía al Tigrinho. Que lo hagan socio del Barça pero ya: toda la ayuda es poca. ¡Bienvenido, amigo de 4 patas!