Cada día está más claro: España está siendo fagocitada por los ultras. Llaménle cómo quieran: impunidad, bula, barra libre... son los únicos seres vivos del estado a los que ampara la libertad de expresión, que utilizan para extender odio, mentiras, ataques personales, banalización de la violencia de género y la homofobia, exaltación fascista... podríamos pasar horas, días quizás, completando la lista. Hablamos mucho de Hungría, de Polonia y de Turquía, pero cuidadín con los españolazos de VOX. Superhéroes de la patria, pero con la piel muy fina, casi traslúcida. Si les tocas, se deshacen entre llantos y sollozos victimistas. Y además, tienen un arma muy poderosa: la (supuesta) Justicia española. Es la cantera, el escudo y el ariete de la extrema derecha.
Lo que no tienen en can facha es sentido del humor. Nada. Sólo ríen con sus carteles electorales, criminalizando a menores extranjeros con el visto bueno de los togados. O con sus referentes, los Arévalo, Yuste y compañía y sus chistes de 'mariquitas', 'gangosos' y de 'viejo verde'. Si el cachondeo vienen del otro lado, la cosa cambia. Se les cae la máscara y dejan ver su verdadera cara.
Es lo que ha pasado con la revista satírica 'El Jueves', en la que hay un apartado especial para VOX y sus secuaces. Una publicación que lo tiene todo para desatar su mala leche. Editada en Barcelona, tradicionalmente de izquierdas y, sobre todo, muy crítica con el régimen heredado por el dictador fascista Francisco Franco, ídolo de masas al partido verde. 'El Jueves' forma parte de la editorial RBA, con sede en la Avenida de la Diagonal de la capital de Catalunya. El presidente y editor del semanario es Ricardo Rodrigo Amar, a quien los Abascalers acaban de pintar una diana en la cabeza como la Catedral de Burgos. Todo a raíz de una nueva broma de sus dibujantes y guionistas, que han hecho una serie especial de viñetas titulada 'La Pandilla Voxtura', y en la que caricaturizan a sus principales líderes: "Ortega Rambo de Pega", "Espinosa Venenosa", "Rocío Escalofrío"...
Pues bien, la cosa no sólo no les ha hecho gracia, sino que despertado a la bestia. Concretamente, a su equipo de community managers, autores de una amenaza directa: "se llama Ricardo Rodrigo Amar y se presidente de RBA, grupo que edita El Jueves. Su revista difunde odio contra millones de españoles a diario. Es posible que muchos de ellos le empiecen a exigir responsabilidades cuando le vean salir de su despacho de la Diagonal de Barcelona". El llamamiento al escrache y al acoso ultra es incontestable. Las consecuencias, sin embargo, son totalmente desconocidas. Pero vaya, que con los antecedentes de estos angelitos, nada bueno. El tuit ha incendiado las redes sociales, incapaces de explicarse cómo hemos llegado al extremo de permitir que los exaltados dicten las normas e influyan de esta manera en la convivencia.
La pregunta, la misma de siempre: ¿qué hubiera pasado si los que amenazan a medios y personas fueran independentistas? La respuesta la sabemos todos. Esta es la España real, la del siglo XXI. Y después algunos se preguntan por qué millones quieren largarse sin mirar atrás.