Se ha acabado la historia de amor entre VOX y Cs. El juego del gato y el ratón entre las dos formaciones, con pactos secretos, vetos "de quita y pon" y repentinos cambios de opinión ha llegado a su clímax. Los de ultraderecha han estallado contra el líder naranja, Albert Rivera, a raíz de la situación en la región de Murcia, con los de Santiago Abascal desmarcándose del pacto del trifachito por el veto de los "liberales" a reunirse con ellos. Denuncian los engaños y el desprecio que están sufriendo y amenazan con tumbar definitivamente la investidura del candidato del PP (ya lo hicieron en primera votación) con un contundente "VOX no va de farol". Y tanto que no. Sólo hay que leer el demoledor y ofensivo tuit que han dedicado a Rivera: Un "jeta", "acojonado", "lameculos" y "sirvengüenza".

GTres

Así respondían los de VOX al secretario de organización de Cs, el catalán Fran Hervías, de que había censurado la repentina negativa de sus (ex?) socios, equiparándolos con sus peores enemigos: "VOX comienza a paralizar las instituciones alineándose con Podemos y PSOE. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deben estar encantados". Traducido a la lógica imperante en el españolismo más radical (el hábitat natural de estas especies políticas): "Lagarto, lagarto". Una herejía contra la que los de la Reconquista se han lanzado con toda la artillería. Las redes se lo mira con un bol de palomitas, mientras que sorprende ver a los seguidores de Cs escandalizándose con los exabruptos de VOX, como si nunca hubieran dado muestras de su estilo tabernario.

@santi_abascal

¿Riña de enamorados, nueva maniobra de distracción mediática (mientras siguen repartiéndose sillas y poder), o la constatación del fin del romance de verano? Esperamos nuevos capítulos del culebrón como agua de mayo, con el gobierno de Madrid como escenario principal del espectáculo.