El escritor Javier Cercas debe estar satisfecho. Su obsesión por llamar la atención y vomitar odio contra el independentismo ha alcanzado un nuevo hito. Es casi insuperable. Ya lo saben: una frase que ha hecho aplaudir con las orejas a Miquel Iceta y en la que dice "esta crisis es terrible, pero me afectó más el otoño del 2017". Este es el nivel moral de la intelectualidad de un sesgo político muy determinado, a quien tienen por tótem de la libertad. Cercas demuestra una sensibilidad insultante respecto de los muertos por el coronavirus, aparte de volver a enseñar una "patita" asquerosa y rancia.
Que el escritor odia al independentismo ya lo sabíamos desde hace tiempo. Ahora bien, que lo exprese en estos términos no está a la altura ni siquiera de extremistas de pedigrí contrastado. Piensen en Inda, Losantos, Negre y Ndongo, y entre los cuatro no le hacen sombra. Cercas acumula collejas, coleccionándolas como cromos. Quizás sólo sirven para engrosar su ego sideral. Pues bien, que tome nota: Willy Toledo se suma a la fiesta, y le desmenuza sin piedad: "Como buen falangista camuflado de demócrata, para no perder la costumbre de los bien pagados "intelectuales" orgánicos del régimen borbónico, lleva años tratando de blanquear el franquismo. Ahora dice que le afectó más el 1-O que los miles de muertos por Covid-19"
25.000 muertos no son nada para Cercas, que seguirá recibiendo "elogios" durante los próximos días. Ha jugado con fuego, y arderà como una tea.