Xavi Hernández es un enfermo de fútbol, en el buen sentido de la palabra. Un hombre que desde que nació tiene una cosa entre ceja y ceja, una pelota de fútbol.
El técnico del Barça es un apasionado por su profesión, lo era cuando jugaba y se convirtió en el mejor centrocampista de la historia y lo es todavía más ahora que ha colgado las botas y vive el fútbol desde los banquillos.
El entrenador azulgrana vive 24/7 por aquello que más le gusta, por un trabajo que no es sólo trabajo, sino aquello que lo hace sentir vivo. Con permiso, claro está, de lo más importante para él, su familia. El de Terrassa y su mujer Núria Cunillera, al lado de sus dos hijos, Àsia y Dan, han vuelto a vivir en su casa, en Catalunya, después de su paso por Qatar.
Y siempre que puede, compagina sus dos pasiones. Todavía recordamos con una sonrisa en la cara cuándo se llevó a sus hijos al Camp Nou, hace unos días, para que los pequeños jugaran en el césped que tantas veces ha pisado su padre y dónde se convirtió en un ídolo para los culés.
Maravilloso ver y oír a Xavi dando consejos. Como padre, pero bien bien podrían colar como entrenador: "Cuidado no choquéis", como si estuviera haciendo indicaciones a sus jugadores. Sensacional ver cómo la toca Àsia, que tiemble Alexia Putellas que dentro de muy poquito, ya nos imaginemos a la hija de Xavi removiendo la pelota en medio del campo en el equipo femenino.
Y qué decir de la internada por banda derecha de Dan. Teniendo en cuenta como Dembelé se hace de rogar de cara a su renovación, no sería extraño que Xavi hiciera debutar muy pronto s este extremo de cabellera rubia que promete mucho. Pero la imagen que ahora acaba de publicar Núria, de estrangis, sin que Xavi se diera cuenta de ello, es sensacional y muy paradigmática de como él vive por el fútbol en cualquier momento.
Xavi, como hacen los padres cuando sus hijos son pequeños, les ha ido a buscar a la escuela. Ha ido con el coche, pero ha llegado antes de tiempo. ¿Y qué ha hecho el técnico? En vez de esperar en la puerta ha preferido esperar dentro del coche. ¿Y cómo ha matado el rato? ¿Escuchando música? No. ¿Enviando algún watsapp? Tampoco. ¿Distrayéndose y mirando por la ventana? Nada de eso.
Xavi no pierde cualquier oportunidad de mirar fútbol, pero esta vez, no estaba preparando el próximo partido del Barça, repasando entrenamientos o viendo cómo juega el próximo rival, en este caso, el Athletic Club, este jueves en San Mamés en la Copa del Rey, a las nueve y media de la noche.
¿Qué hacía, pues, Xavi? Mirar su móvil. ¿Y qué miraba? Evidentemente, un partido de fútbol... de su ex equipo, el Al Sadd, donde dejó tan buen recuerdo, donde hizo tantos buenos amigos y donde vivió momentos maravillosos: "Mirando al Al Sadd esperando a los niños", dice Núria.
Sensacional. Hay quien aprovecha los ratos libres para mirar capítulos de la última serie de moda de Netflix. Hay quien se adentra en el lodazal de Twitter. Y hay quien, como él, tiene un ojo puesto en los buenos recuerdos del pasado más reciente.