Xavi Hernández y su mujer Núria Cunillera están disfrutando de unas vacaciones familiares bastante movidas. No por convulsas, ni mucho menos: la razón es que no paran. Primero fueron con las dos criaturas, Asia (2016) y Dan (2018) a descubrir por primera vez la magia de Eurodisney en París. De allí a Marbella, donde el plan era playa, sol y gastronomía. La situación del club culé, sin embargo, hizo que la estancia fuera relativamente breve. El técnico tenía que pasar por las oficinas para ponerse al día de las operaciones del mercato: por ejemplo, el fichaje de la nueva estrella culé Ilkay Gündogan, u otras posibles nuevas entradas y salidas en la primera plantilla del masculino.
Una vez completado el compromiso, tocaba volver a hacer las maletas y poner rumbo a otro destino veraniego. En esta ocasión, uno mucho más próximo: están en Catalunya, en algún lugar de la Costa Brava. Los Hernández-Cunillera son muy fans: Blanes, S'Agaró, Platja d'Aro (donde se construyeron un chalet con cierta polémica hace años)… Conocen la zona, les encanta y los chiquillos son felices. ¿Qué más quieres? Pues un helado, papá.
Xavi, un padrazo: así hace felices a sus criaturas
La felicidad se explica a menudo a través de las pequeñas cosas. De placeres como unos cornetes bien repletos con sabor de chocolate, vainilla, pistacho, limón o aquello que más guste a los chiquillos. Como la temperatura sube y hay que mantener en las criaturas controladas y contentas entre baño y baño, Hernández ha demostrado ser un padrazo mientras hacía realidad el sueño helado y dulce de sus descendientes. Su mujer Núria grababa una escena que es pura ternura. Son una familia unida y muy feliz. Xavi está inmenso, divertido, espontáneo, natural. "¡Ualaaaaaa! Asia me parece que quiere chocolate". El niño había escogido la vainilla: "¡Vainilla bonaaaa!" Sensacional.
Asia y Dan, felices con los helados mientras disfrutan de las vacaciones en la Costa Brava
La madre Núria pregunta a las criaturas si les gustan los helados. Una pregunta retórica, claro: la niña está totalmente concentrada deleitándose con cada lamido. Muy formales se sientan en las toallas y a la sombra para zamparse sus tesoros. No existe nada más en aquel momento, ni piscina, ni juegos, ni amigos. Solo un cucurucho de barquillo y una bola de dimensiones épicas que chorrea bajo un sol de justicia. Da gusto verlos.
Xavi Hernández suma títulos: la Liga, la Supercopa, dos helados como dos soles y lo más importante: el de padre más enrollado. Buen verano, familia.