Hay heridas que nunca se cierran. La cicatriz es inmensa y profunda. Hacen daño y, desgraciadamente no hay forma de sanarla. El periodista de Deportes de TV3, Xavier Bonastre, sabe mucho de eso. Ha sufrido unas cuantas que, para la mayoría de la gente, serían definitivas. Un cáncer de colon y la posterior metástasis en el hígado con perforación de estómago, por ejemplo. Vio el final: "me di por acabado. Por muerto. Literal". Milagrosa y tozudamente sobrevivió a un infierno de operaciones y a un coma de 4 meses. También con esfuerzo y dedicación a su pasión: correr. El atletismo y las carreras lo han salvado de una muerte segura. Escapó de la tragedia, pero no la pudo esquivar del todo. El fallecimiento de un ser muy querido, Martí, un joven de 17 años al que podríamos llamar sobrino, pero que consideraban como un hijo más.
blog de Xavier Bonastre sobre la muerte de Martí
Martí sufrió un grave accidente de motocicleta y también salió de ello, aunque le tuvieron que colocar una prótesis en la aorta. Tenía la fuerza y la energía para seguir viviendo, disfrutando y haciendo disfrutar a los que tenía a su alrededor. Por ejemplo, a Xavier, su mujer y su hijo Biel. Explica en su blog cómo fue el verano que pasaron juntos de vacaciones en un camping durante su recuperación. Se habían prometido repetirlo el próximo año, pero no pudo ser. Una trombosis se lo llevó antes de tiempo, dejando helados a todos: "en un abrir y cerrar de ojos había pasado de jugar a fútbol, lleno de vida, de pensar en el futuro a morir por culpa de una trombosis". Eso pasó el jueves 15 de septiembre del 2016, y no ha habido un solo día que no lo haya recordado y añorado. Muestras de ello hay muchas, pero la de este 4 de abril de 2021 es especialmente desgarradora: es su cumpleaños. "Habrías cumplido 22. Por muchos años, Martí. Para siempre". La red, conmovida, le da su calor.
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"Depende de gente como tú la suerte del mundo. De este mundo y del otro. Nunca te olvidaremos, Martí," le escribía Bonastre hace tiempo. Palabras que describen un sentimiento tan fuerte que ni siquiera el tiempo puede debilitar.