El presidente del Partido Popular de Catalunya, Xavier García Albiol, este jueves se presentó como candidato a la alcaldía de Badalona para el 2019. Lo hizo sin utilizar la imagen corporativa de su partido. Lo hizo con la intención de "recuperar Badalona". Lo hizo proclamando que es "el alcalde de todos"... Y lo hizo poniéndose en la piel de Jesulín de Ubrique. Una de las míticas expresiones del torero, allá por los años 90, fue cuando después de visitar al Papa en el Vaticano, dijo de la visita: "En dos palabras: '¡im-presionante!", una frase para la posteridad.

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Otros mitos de la numerología también los vimos en el programa APM, como aquella invitada de un programa de tardes que, hablando de sus casas y propiedades, aseguraba que tenía "tres piscinas" mientras levantaba cuatro dedos de la mano.

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Ahora, García Albiol se ha añadido a este selecto grupo por un gesto que hizo precisamente en su comparecencia pública anunciando su candidatura. El todavía presidente del PP catalán siempre se ha vanagloriado de que con él en Badalona, "nadie por venir de fuera tenía más derechos que un vecino de Badalona", además de sacar pecho por los muchos votantes que tradicionalmente le han dado su apoyo. Menos mal, para él, que los votos de los vecinos de Badalona los contaban los miembros de las mesas electorales y no Albiol con los dedos de la mano. Porque esto es lo que pasó este jueves:

"Me presento a la alcaldía de Badalona". Cinco palabras que no son cinco, sino siete. Y cinco palabras que cuando las va contando con los dedos, quedan en sólo tres. Un festival de incoherencias entre los gestos y las palabras que no pasó desapercibido y que han provocado un alud de comentarios jocosos en la red:

No es la primera vez que alguien del PP tiene problemas con los números. Todavía resuenan en las paredes de RAC1 las evasivas de la diputada Andrea Levy con el presentador del Via Lliure, Xavier Bundó, cuando éste le dice que el PP es el último partido del arco parlamentario en el Parlament de Catalunya en número de votos...

 

En dos palabras, fue una conversación "an-tológica".