Xavier Graset ha hecho el cambio más sorprendente de la temporada en TV3, de Informativos a Entretenimiento, del Més 324 a La selva. Como hizo Xavi Coral saltando del Telediario al magazine de tarde de El Terrat al lado de Espartac Peran, Divendres. No es un salto fácil y a menudo es de ida y vuelta. Es el peaje de TV3, una cadena formada por periodistas, por informadores y no tanto por cómicos, guionistas o entretenedores. Pero Graset siempre ha navegado bien entre las dos aguas, cuando era corresponsal de Catalunya Radio en Madrid podía hacer el personaje del Manolo, el camarero madridista del APM al acabar El matí de Catalunya Radio de Antoni Bassas. O cuando hacía la sección 'La información es una selva' con Andreu Buenafuente, o en los diferentes programas que ha presentado, desde el magazine Bonic vespre con Frederic Porta en TV3 o en El món s'acaba en la radio por citar dos muy recordados. Pero ahora a los 61 años este salto era poco esperado. Graset confiaba en celebrar el décimo aniversario del Més 324, un informativo de autor, una tertulia con entrevistas de culto, pero la cadena le pidió que hiciera La selva. Su nuevo salto merece una nueva entrevista Al cotxe, donde ya lloró hace 4 años recordando a sus hijos, que viven en Tarragona y no les ve tanto como querría.
Ahora los dos gemelos tienen 15 años y empieza por ellos: "Mi hija me hace escuchar Dua Lipa. Hemos ido a ver Figa Flawas, Antònia Font que tienen como yo, 61 años. Cuando tenía 17 años fui a un concierto de La Crida al Campo del Barça y mi madre sufría en Vila-seca. Mis padres eran mayores y habían vivido la guerra y cualquier cosa que significara una movilización te decía 'Vigila'. Lo recuerdo como un acto de rebelión. Pero en general fui un adolescente tranquilo. Leí La náusea de Sartre con 14 años, hacía teatro, me quedé trabado, no bebía alcohol. Hacía yoga cuando nadie lo hacía, por influencia de mi hermano Esteve. Después trabajé en Radio Salou y y empecé a ir de discotecas. Me gusta todo, me gusta el arroz y me gusta el conejo. Tuve un arranque tardío en el mundo de la noche".
El gran motivo de la entrevista es el cambio a hacer La selva: "Acumulo más tensión ahora en La selva que cuando hacía el Més 324. Por las exigencias de audiencia. A mí me vienen a buscar. A las 8 de la mañana tienes las notas, qué hicimos ayer. Estamos en una fase de arranque, un programa diario requiere que el espectador te convierta en un hábito. Yo me lo paso bien pero espero pasármelo mejor. Ir ajustando qué funciona y qué no tanto. La fórmula mágica no existe. Trabajo con Atomic Beat y Joan Rufas al frente. Todo el mundo tiene su fórmula en la cabeza y entre todos juntos vamos conciliando intereses y saber qué gusta. Es un trabajo estresante, muy exigente, también es delicioso. Pero acumulo tensión. Ahora hago pilates. Con 61 años llevo experiencia acumulada". Sobre las audiencias: "Tienes que entender que lo que hacen los otros puede gustar más que lo que haces tú. Tenía mi zona de confort, haciendo el Més 324 y que vengan los responsables de la CCMA y te digan Graset confiamos en ti, eres versátil, queremos ahora mismo este otro Graset, te necesitamos. No paso por la puerta de orgullo, he rejuvenecido y no tengo ninguna intención de jubilarme porque me encanta comunicar, hacer de bisagra entre lo que pasa y la gente. Pero tampoco quiero ser un tapón generacional. Valorar la experiencia es un gran qué". Graset revela una cosa que no se sabía: "Cuándo me lo proponen no les digo que sí de entrada porque yo estaba bien en el Més 324. En casa somos de la prudencia. Pero al final hago esta lectura, es un reto, confían en ti, juguémoslo, podrás hacer más show, ser más tú. Mis hijos me veían más rígido y ahora es otro mundo, para poder jugar. Confían en ti, adelante".
Eloi Vila quiere que Graset vuelva a llorar y le pone una pieza de Zarzuela: "Mi padre cantaba Zarzuela y a mi madre con Alzheimer la llevé al teatro Fortuny de Reus a ver una Zarzuela. Mi madre se puso a cantar desde la butaca y yo le decía madre, madre... El cuerpo se olvidó de moverse y después ya no andaba. Mis hijos no han conocido a mis padres, ya habían muerto. Yo era el huerfanito de Machín: 'Yo no tengo padre, yo no tengo madre'. De eso del Alzhéimer de mi madre cuando gané el concurso de TV3 Sis a traició di el dinero del premio a la Fundación Alzhéimer Catalunya". La selva es otro programa de autor, que dejen que sea más Graset.