El Tribunal Supremo contraataca contra los presos políticos independentistas, apretando a los responsables de las prisiones catalanas que tienen que decidir si les permite pasar el confinamiento por el coronavirus en casa. Marchena y sus adláteres quieren señalar con el dedo acusatorio "a los funcionarios que han dado apoyo a este acuerdo" y castigarlos por "la posible comisión de un delito de prevaricación". La consigna es clara: al enemigo, ni agua. Tampoco en tiempo de pandemia. Una postura que ha enfurecido, obviamente, a muchos catalanes y catalanas, entre los cuales encontramos al economista Xavier Sala-i-Martin, que no se arruga.
Xavier reaccionaba a la información publicada por Gemma Liñán en El Nacional.cat sobre esta reacción del Supremo, y lo hacía con contundencia: "el ultranacionalismo convierte a los fanáticos en monstruos inhumanos". Su ira es colosal y bilingüe, para que le entiendan en sede judicial: "¿qué hacen advirtiendo y amenazando a funcionarios que no han hecho nada? ¿Tribunal democrático o de la Inquisición"?
La respuesta, desgraciadamente, la conocemos: "piensa mal, y acertarás". Es la cólera de la justicia españolista.