A diestro y siniestro. Xavier Sardà aprovechó sus 3 minutos de gloria en TV3 para demostrar que sigue dominando "el arte" de la provocación televisiva. El presentador, actualmente condutor del programa 'Obrint Fil' en TVE Catalunya, hace muchos años que no tiene proyecto en Sant Joan Despí. Pero muchos, muchos. Casi 3 décadas. A lo largo de esta eternidad ha triunfado en Telecinco con el 'Crónicas Marcianas' y también ha vivido etapas de irrelevancia mediática, hasta que revivió como tertuliano, especialmente en La Sexta. Su papel como catalán no independentista ha sido muy solicitado en Madrid desde que empezara el Procés, pero que en Catalunya no lo llamaran para hacer programas es una espina que tiene muy clavada. Porque por lo visto echa de menos presentar en TV3.
La falta de ofertas de la pública catalana, más allá de hacer de tertuliano en 'Planta Baixa' o 'Tot es mou' tiene para Xavier un origen y una causa muy clara: no ser soberanista. Punto final. Esto es lo que se desprende de sus palabras en el 'Alguna Pregunta Més', insinuando de forma poco sutil que está vetado. Que no le dan un programa porque "TV3 es claramente soberanista". Seguro que muchos profesionales de la casa estarán contentísimos con esta acusación de sesgo político. Y muy probablemente parte de la audiencia, que piensan justamente lo contrario, especialmente de un tiempo a esta parte. Pero como lema, leitmotiv y mantra está muy bien, claro.
Quizás que Xavier podría haber ido un poco más allá en sus argumentos para señalar a la tele pública. Por ejemplo, explicar exactamente qué costaría a los contribuyentes hacer un programa con él al frente. Seguro qué barato, barato, no sería. Pero todavía resulta más sorprendente que tampoco considere que sus ramalazos de machismo en programas como 'La Sexta Noche', por ejemplo, hayan disminuido sus posibilidades de ser una de las estrellas de TV3. Hablamos concretamente de los cortes seleccionados por el 'APM', en los que le decía "rubia, escúchame" a la diputada de Junts Miriam Nogueras, o "nena, no te enteras" a la tertuliana españolista María Claver. En vez de aceptar que se había equivocado y hacerlo con contundencia, Sardà se justificó y bromeó sobre estos episodios. Perdió una buena oportunidad, instantes antes de volver a sacudir la bandera del victimismo antiindepe.
De la aparición del veterano periodista rescataremos otro momento álgido, mucho más anecdótico. El repaso sin piedad que hizo de Miguel Bosé como líder de los negacionistas y antivacunas. "Era un tío extraordinario y además un palizas que pedía que fuéramos a todos los actos por la vacuna del SIDA. Y en cambio ahora es antivacuna". Después se puso a imitarlo, caricaturizándolo hasta el extremo. Bueno, tampoco es muy difícil. Pero como gag estuvo bien.
Este es Xavier Sardà. Un hombre capaz de lo mejor... y de todo lo contrario.