Sí, ya lo sabemos. Todo forma parte del show. El espectáculo lo hemos visto una y mil veces. Hasta con los mismos protagonistas. Pero ya no hace gracia, si es que antes hacía. La reflexión viene de la mano de lo que pasó en la última edición de Sábado Deluxe, en Telecinco, donde ya tenemos a Jorge Javier Vázquez en "plan destroyer", totalmente recuperado del aneurisma y el ictus, sacando todo el veneno televisivo en cada programa y celebrando alocadas fiestas cuando abandona el plató. La última bacanal, sin embargo, empezó minutos antes de acabar el programa. Y corrió a cargo de Yola Berrocal, un juguete roto de la televisión de la época Crónicas, y que de vez en cuando hace el papelón en Mediaset. Normalmente, la cosa acaba con el escarnio de Yola, que tampoco es neurocirujana o ingeniera de telecomunicaciones. No es una sabelotodo, vaya. Pero entre hacer bromas y humillar a alguien hay una distancia sideral. Distancia que quedó reducida a la nada, con las mofas generales por la dentadura (postiza) de Berrocal.
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A Yola, eterna aspirante a destacar en el mundo del espectáculo, le invitaron con la excusa de la nueva vertiente deportiva de la manchega, que ha participado en la Farinato Race, una carrera de obstáculos muy exigente. La mujer había esperado 4 horas de programa para explicar sus proezas, pero Jorge Javier no tardó mucho en comenzar la cacería. "Te noto rara", le decía el de Badalona, señalando la dentadura de Berrocal, que no podía vocalizar correctamente. Una dentadura exageradamente grande, sí. "Me estoy arreglando la boca y ahora mismo llevo unos provisionales y por eso hablo así. Me los van a dejar muy bien". Era el pistoletazo de salida para el choteo general. Los colaboradores no paraban de hacer coñas, de examinarle la boca. Hasta que la broma se convirtió en una absoluta falta de respeto. El protagonista, un vivalavida de pasado franquista, Jimmy Giménez-Arnau: "Eso de la boca, sin tornillos... ¿Te impide la felación?"
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A pesar de estar acostumbrada a ser despreciada públicamente, a Yola la cosa no le hizo nada de gracia, pero tampoco tenía nada que ganar. Y seguramente, no se hubiera defendido con éxito. Son las dolorosas consecuencias de los personajes que nos hemos creado. La cosa fue tan ofensiva que, oh, sorpresa, no se puede encontrar en la web de la cadena.
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En todo caso, cuando intentó reanudar su historia, Jorge Javier la remató. Se levantó de la silla, dio el programa por acabado con una canción y respondió a la invitada (que había preguntado, sorprendida, "¿ya me voy?") con toda la mala baba que todavía le quedaba; "Sí, ya, pero quédate a escuchar este tema", decía mientras abandonaba al galope el plató. Quizás lo esperaban en otra fiesta. Bravo.