Placa, placa. La onomatopeya más célebre de la historia de Gran Hermano la ideó Carlos Navarro. El chico de l'Hospitalet de Llobregat amenazaba a otro concursante de la segunda edición del reality profiriendo estas palabras "Le voy en dar dos yoyas que le van en temblar las orejas: placa, placa". Fue expulsado porque el concurso entendió que también había amenazado a su pareja dentro de la casa, Fayna. El tiempo (17 años) pone a cada uno donde toca: fueron matrimonio más de diez años, con dos hijos y una vida en común... hasta ahora. En Blau adelantaba que un juez lo hizo detener por violencia machista y ahora todo se le complica a este concejal de Vilanova del Camí que aparece en los vídeos electorales de Ciutadans. Próximo al partido naranja concurrió a las elecciones con su propia lista, Decide, y consiguió un acta de regidor. Ahora Fayna ha reconocido que hace seis meses que se separaron, que ella le ha pedido el divorcio no amistoso y ha huido de Catalunya para volver a Gran Canaria con sus dos hijos en común (de 10 y 7 años) y una nueva pareja.
Ahora la pareja es carne de Sálvame. Fayna tiene miedo de su ex porque amenazó a su actual novio. La justicia ha decidido prohibir al Yoyas acercarse a 500 metros de Fayna y no puede volver en la isla canaria donde residen a sus hijos hasta nueva orden. Según la madre, la última visita del catalán a las islas no sirvió para encontrarse con los chiquillos sino para insultar al nuevo hombre de su ex. Fayna ya había presentado otras denuncias contra su marido, que había retirado "por lástima", pero la agresividad del granhermano ha sido televisada y le persigue desde hace años. Tanta testosterona mal enfocada le ha llevado a dormir en el calabozo y a ser sentenciado en un juicio rápido.
El Yoyas ha dicho en una revista del corazón: "No ha habido sangre, Ella y yo ni nos hemos visto", Lo más doloroso es lo que ha hecho cono mis hijos", "En denuncias domésticas te consideran culpable directamente y tienes que demostrar que eres inocente". Pero reconoce que ha amenazado a una tercera persona.
El Yoyas vive un drama familiar provocado por sus propios impulsos y añade "No me dejó ver a mi hijo que cumplió 10 años porque a esta señora no le salió de las narices, textualmente dijo: "No me sale del co...". Todo muy poco ejemplar.