La capital de Hungría es un clásico de los destinos turísticos que no solo no pasa de moda, sino que se ha convertido en una visita obligada para aquellos que desean disfrutar una gran arquitectura, un trasfondo histórico vibrante y un entorno irresistiblemente romántico. No en vano es considerada como una de las ciudades más bellas de Europa y cuenta con varios lugares que son Patrimonio de la Humanidad.

Vertebrada por el Danubio, Budapest, que es la suma de tres ciudades, Óbuda, Buda y Pest, unificadas en una sola en 1873 para convertirse en la segunda ciudad del Imperio Austro-Húngaro después de Viena, esta ciudad te ofrece una experiencia inolvidable. Aquí tienes una recopilación de qué ver y qué hacer en la encantadora ciudad de Budapest durante tres días.

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Primer día: El Palacio Real, Plaza de la Trinidad y un crucero

El extravagante Castillo de Buda es la casa de los reyes húngaros de Budapest. Construido en el siglo XII, pero constantemente ampliado desde entonces, hoy alberga el Museo de Historia de Budapest y la Galería Nacional Húngara. Dentro del castillo, también se encuentran el Monumento a Eugenio de Saboya y la Fuente de Matías, uno de los lugares más fotografiados de Budapest.

Otro palacio, el de Sandor, ha sido la residencia oficial del presidente de Hungría desde 2003. Aquí es posible presenciar el impresionante cambio de guardia que tiene lugar cada hora durante unos minutos cada vez.

La Plaza de la Trinidad se encuentra en el corazón del distrito del castillo de Budapest. Hay una columna blanca en el centro, y el antiguo ayuntamiento y una de las iglesias más importante de Hungría, la Iglesia de Matías, se encuentran aquí.

Situada en la orilla del río Danubio y cerca de la Iglesia de Matías, se encuentra la terraza de estilo neogótico y neorrománico del Bastión de los Pescadores, muy popular por las espectaculares vistas de la ciudad.

Por la tarde, puedes asistir al Concierto de Gala de Budapest en el prestigioso Pesti Vigado, uno de los teatros más famosos del país. Y nada mejor para acabar el día que hacer un maravilloso crucero con cena por el Danubio.

Segundo día: Plaza de la Libertad, el Parlamento y un pub

La Basílica de San Esteban lleva el nombre del primer rey de Hungría. Su construcción se completó en 1905 y actualmente es la tercera iglesia más grande de Hungría. Desde lo más alto, las vistas de Budapest son estupendas.

La Ópera Estatal de Hungría fue inaugurado en 1884 y es un lugar para espectáculos de ópera y ballet, bajo los hermosos techos decorados con frescos. Muy cerca, la Plaza de la Libertad es considerada como una de las más bellas del país. Y cómo no, el Parlamento es una cita obligada.

Para descansar de tanto paseo, nada mejor que alguno de los pubs de la ciudad. El más conocido es Szimpla Kert. Y después, haz una visita al memorial del Holocausto en el Danubio, con los conmovedores 60 zapatos de hierro fundido en la orilla del río.

El Parlamento húngaro / Unsplash

Tercer día: Plaza Vorosmarty, Colina Gellért y un baño termal

La Plaza Vörösmarty está dedicada al poeta Mihály Vörösmarty. Entra a tomar un café en Gerbeaud, con una decoración increíble y uno de los cafés más grandes de Europa. Después puedes ir de compras a la calle Vaci y también visitar el Gran Mercado, construido en 1897.

Es una buena idea caminar hasta la Colina Gellért que domina el río desde 235 metros y ofrece una vista impresionante de la Citadella, una fortaleza construida en 1851. Al pie de la colina, está el genial Café Espresso del hotel Gellert, de estilo Art Nouveau.

Por la tarde puedes visitar alguno de los baños termales naturales de la ciudad, de fama mundial, como los Baños Gellert, los Baños Széchenyi o los Baños Kiraly. Una experiencia que no olvidarás.