El Congreso de los Diputados debate la ampliación del estado de la alarma. El revuelo es considerable, con el pacto de Sánchez con Arrimadas, el 'no' de Esquerra Republicana y las repugnantes intervenciones de Casado y Abascal. Estas eran las principales novedades de la jornada, hasta que una imagen de la vicepresidenta del gobierno Carmen Calvo ha hecho olvidar absolutamente todo. La andaluza ha asustado hasta al último de los espectadores que seguían el pleno.
Calvo, que había sido contagiada por el coronavirus y se ha recuperado recientemente, dejaba a todo el mundo de pasta de boniato: tapada con una especie de manta o pañuelo de grandes dimensiones, máscara y una posición corporal que, más que sentada, daba la impresión de estar estirada en el escaño. Una estampa nada habitual y que, en medio de la pandemia, resulte escalofriante. Mucha salud no transmitía. Así lo ve la red, que ha brotado con comentarios de todo tipo.
Preguntada por el episodio, su equipo ha informado de que Calvo estaba pasando mucho frío por el aire acondicionado del hemiciclo. Pero se ha convertido en la protagonista del día. Entendemos que no quiera constiparse, pero un jersey o una chaqueta hubieran sido menos alarmantes.