El coronavirus se extiende como una mancha de aceite en el estado español, pero la respuesta a la emergencia está demostrando que muchos ciudadanos (incluso las máximas instituciones) se lo toman a coña. El grado de irresponsabilidad es consustancial al nivel de alarma, y el paradigma lo encontramos en todas aquellas familias o grupos que han decidido enfrentarse a la crisis saltándose el aislamiento y haciendo turismo con alegría. No sólo turismo interior, yendo a segundas residencias en la costa o la montaña, también viajando al otro lado del mundo y comportándose como si la epidemia fuera un invento paranoico. Una cosa es viajar (nada recomendable, pero factible si se ha partido antes de declararse el estado de alarma), y otra demostrar insensibilidad, prepotencia e ignorancia. Y un grupo de españoles que están en Perú se están llevando la medalla de oro a la infamia.
La opinión pública de este país se hace cruces con la actitud de un grupo de viajeros que se han pasado por el forro la orden del gobierno peruano de aislamiento obligatorio a los turistas españoles, franceses, italianos y chinos. Sí, son españoles. La cosa no iba con ellos, y paseaban por la capital con alegría a pesar de las indicaciones de un periodista de un canal de televisión. Cada palabra de los integrantes de la comitiva da pena y vergüenza: "El coronavirus se extiende muy rápido pero no deja de ser un poco peor que la gripe, todos los años se muere gente, no es un ébola ni una malaria, están exagerando." Están enfadados porque, oh sorpresa, "nos han anulado todas las incursiones, en teoría no nos han dicho que nos tengamos que quedar obligados en el hotel". Son los únicos españoles que no saben lo que pasa en su país, claro. Y el sentido común lo dejaron en el equipaje. Qué importa la salud de los peruanos. De hecho, la mujer 'amenaza' al país: "Si nos deportan a España a Perú no volvemos y vamos en dar muy malas referencias, el turismo muy malo". Madrededios.
"Para nosotros sería tremendo llegar para 15 días o tres semanas y estar en un piso cerrados", dijo otra mujer, muy enfadado porque "ya tenemos las visitas organizadas en Cuzco y hemos pagado todo eso". Cualquier comentario está de más. Dicen que viajar nos hace más libres, más sabios, más abiertos. Quizás tenemos que empezar a replantearnos esta máxima.