Una de las especialidades de la derecha y extrema derecha mediática es la intoxicación burda y la mentira. El procés independentista ha servido de percha perfecta para esta práctica: lo hemos visto Antena 3, con Susanna Griso, y también en Can Ana Rosa Quintana. Estudiantes inocentes y "apolíticos", vecinos y comerciantes que denuncian que los catalanes y los indepes son bestias llenas de odio. Gente anónima que representan a la mayoría silenciosa, y tal. Pues bien, este álbum de cromos de la infamia tiene un nuevo personaje: Rubén Gil. Según lo que dijo este chico en TVE, "en Catalunya, vas a un establecimiento y hablas castellano y no te atienden".
La de Rubén, nacido en Castelló pero residente en Madrid, fue la guinda del pastel de excrecencias fachas del "¿Quién educa a quién?" monopolizado por las periodistas Isabel San Sebastián y Anna Grau. Una orgía de intolerancia cultural de tufo franquista, que se coló en un debate sobre educación en la tele pública. Pues bien, no es que se colaran: es que TVE es un colador. Y por uno de sus infinitos agujeros entró Rubén, que de alma cándida, espontánea y oprimida tiene lo que Cayetana Álvarez de Toledo de catalana: C-E-R-O. Según hemos visto en la red, pertenece a Nuevas Generaciones, los cachorros del partido de Pablo Casado, y se ha fotografiado con la ídola marquesa o Isabel Díaz Ayuso.
400 millones de castellanohablantes y tienen que escoger a este pardillo para extender sus mentiras. "Manipula, que algo queda".