Galicia y los gallegohablantes están poniendo al frente de la defensa de las lenguas cooficiales del estado. Quizás se habla menos que de catalanes y vascos, pero no será por falta de contundencia ni de razones. Hace algunas semanas, el tuitero Diego Pazos firmaba un tuit sensacional, dirigiendo un mensaje muy sencillo a los españoles monolingües que cada año veranean en su territorio. Se ve que leer carteles en el idioma propio de esta nación sin estado les provoca migrañas agudas, descomposición y terrores nocturnos. Los jeroglíficos de las pirámides de Egipto les resultan mucho más comprensibles que el gallego, un drama. "¿No os gustan los carteles en gallego en Galicia? No vengáis". Lisa y llanamente. Y un imán para los 'likes': decenas de miles aplaudieron.
Aquello perturbó el estreno de Toni Cantó (por cierto, ¿alguien conoce su paradero?) como flamante director de la ridícula, inútil y 'chiringuitera' "Oficina del Español", pero si pensaba que la tormenta había pasado de largo, nada más alejado la de la realidad. Que se agarre bien fuerte a la silla, porque vienen curvas.
Otra gallega, influencer, sanitaria y que lleva a "Catalunya en el corazón", acaba de publicar un vídeo imprescindible con un discurso más extenso, pero que se puede resumir con facilidad. Ella no habla de carteles, señales y cartas en restaurantes, sino de la exigencia de los castellanohablantes a los internautas del estado para expresarse "en cristiano". Vaya, lo que hicieron con Miquel Montoro, el adolescente mallorquín que acabó sucumbiendo por la presión externa. Hablamos de Fátima Barros, que empieza la grabación con un adorable "queridos mesetarios". Aunque a los españolistas les parezca mentira, sus palabras, íntegramente en gallego, las entienden en todas partes... menos en Madrid y alrededores. Y no somos superdotados. Como tenemos vocación de servicio público, les haremos un resumen.
"Paso por aquí porque veo una tendencia de los mesetarios a pedir a los creadores de contenido que somos de otras comunidades autónomas, que cambiemos de nuestra lengua al español para que se sientan más cómodos". La llevan clara, clarinete: "Y yo desde aquí digo: querido mesetario, no tienes derecho a pedirme que cambie mi forma de expresarme. Si te interesa el contenido, perfecto. Es muy fácil entenderme. Y si no te interesa, pues no pasa nada. Pero en mis redes me expreso como a mí me dé la gana. En el idioma que a mí me dé la gana". Podría haber hecho un dibujo para los que tengan problemas de comprensión auditiva, pero ha quedado claro. Chimpum la pandereta, vaya. Los aplausos recorren la Península, de Oeste en Este.
Querido mesetarián, nas miñas redes voume expresar no idioma que a min me de a gana 🙋🏼♀️ pic.twitter.com/THtCP1QRNA
— Fátima Barros (@paxarinhatuitea) July 30, 2021
No sabemos si ya han escogido su destino para las vacaciones, pero nos están entrando unas ganas de visitar Galicia que... no nos podemos reprimir. ¡Parabéns, compañeiros y compañeiras!